Teresa Ribera
VICEPRESIDENTA CUARTA DEL GOBIERNO
“El concepto del turismo seguro sanitariamente ganará peso”
Teresa Ribera, vicepresidenta cuarta y ministra para la Transición Ecológica, considera básico “consolidar una cultura de la autoprotección” en este camino lleno de incertidumbres que nos espera tras el confinamiento. El presidente, Pedro Sánchez, le ha encargado coordinar las propuestas de apoyo al ministro de Sanidad, Salvador Illa, para organizar la desescalada. Para ella, los comportamientos de responsabilidad compartida marcarán el ritmo en esta senda nunca antes transitada. Atendió a La Vanguardia el miércoles en conversación telefónica.
¿Cuándo se normalizará la vida?, ¿aguantarán los españoles tanto tiempo encerrados?
Tenemos aún muchas incertidumbres. Tenemos que garantizar todas las condiciones de salud y adoptar todas las medidas para disponer de capacidad asistencial, incluidas camas para situaciones críticas; debemos buscar y generalizar las medidas de higiene y distancia para autoprotegernos; hacer un seguimiento de los datos de calidad y alertas tempranas sanitarias o incidencias en la movilidad porque, cuanto mayor movilidad hay, más posibilidad de contagiarnos existe…
¿Cómo será la desescalada?
Lo que estamos planteando es un proceso gradual y probablemente largo. Debemos ser cautos hasta que esté suficientemente inmunizado el conjunto de la población. Hay territorios en los que, gracias a un confinamiento temprano, el virus ha ido a menos y la cifra de contagios es cero desde hace varios días ; y en otros la incidencia ha sido mucho mayor. Se tendrán en cuenta las características de cada territorio en el proceso de desescalada hacia la normalidad.
¿Durará hasta el 2021?
No lo sabemos todavía, nadie lo sabe. Tenemos delante un virus muy desconocido; aparentemente es un virus que vive mucho tiempo, que no muta rápidamente, pero es desconocido su comportamiento. No sabemos si le afecta el calor y entonces, a lo mejor, en verano desaparece; o si reaparece en otoño y se comporta como otros virus que son estacionales; o si muta por el camino. Tampoco sabemos si, dada la cantidad de recursos que el mundo entero ha destinado a identificar tratamientos y vacunas, éstas se pueden dar antes de lo que es habitual, con lo cual entonces tendríamos más capacidad para inmunizar a la población…
Todo son incertidumbres...
Lo que sí sabemos es que debemos movernos en escenarios seguros. Por si acaso dura mucho, debemos recuperar cuanto antes la normalidad, pero en condiciones seguras. Por eso, es fundamental consolidar esas prácticas de autoprotección e impulsar la responsabilidad compartida de los agentes sociales, entre las familias, entre las administraciones. Los buenos comportamiento que nos ayuden a mantener a raya el virus deben ser una norma para que la epidemia vaya a menos. Mientras tanto, hay que permanecer en alerta en todo momento.
¿Se ha pensado en instaurar un carner de inmunidad, como se ha planteado desde la Generalitat? Estudiamos todas las posibilidades; este esquema se ha aplicado en algunos países asiáticos. Puede tener algunas ventajas, pero también puede tener algunos inconvenientes. La finalidad de algo así es para facilitar la trazabilidad de contactos y para dar seguridad respecto a la imposibilidad de que la persona transmita el virus. Pero lo cierto es que hay un margen de incertidumbre: si la inmunidad es permanente o si es una inmunidad temporal.
Somos cautos sobre este enfoque; quizás, hay otras maneras de buscar esa posibilidad de hacer la trazabilidad con quienes ha habido contactos significativos en una persona contagiada; y puede ser el médico, en una conversación o entrevista privada con la persona que dé positivo, quien se encargue de identificar a qué personas hay que avisar, por ejemplo; o se puede buscar para ocasiones específicas esa prueba concreta para cualquier ciudadano que deba ser inmune; y si no, con carácter general garantizar que los patrones de seguridad se están cumpliendo en todo caso. No es algo que se puede descartar, pero no lo consideramos ahora prioritario.
Escribió en un tuit que se fomentará la bici como modo de transporte para guardar las distancias entre personas...
Cuando volvamos a salir a la calle, habrá cautela ciudadana a la hora de utilizar los medios de transporte colectivos, a pesar de que estén desinfectados e higienizados. Por ello, destinar en estas semanas un mayor espacio para que puedan circular las bicis y acondicionar las calles para su uso es una buena opción. Es un transporte individual que puede ser utilizado en distancias medias y urbanas, y ofrece ventajas ambientales y para la salud. Son competencias municipales o metropolitanas, pero desde el estado es la reflexión que proponemos a los municipios. Sería ideal que los de más de 5.000 o 6.000 habitantes facilitasen el uso de la bicicleta.
Las ciudades son como desiertos. ¿Qué diría a los pequeños comerciantes, tan desanimados? Confío en poder dar una respuesta con rapidez al pequeño comercio.
No obstante, esto va a depender en gran medida de cómo activemos estos comportamientos de responsabilidad compartida. Es lógico plantearse que, del mismo modo que se abren farmacias o panaderías con garantías, puedan abrir pequeños comercios con garantías; y hay que pensar cuáles son esas garantías de seguridad.
¿Y al sector turístico?
Lo mismo. Probablemente, deberemos adecuar muchos de los comportamientos que teníamos muy interiorizados, porque implican mucha movilidad y mucha proximidad de los contactos. Debemos pensar en cómo integrar esos parámetros de distanciamiento social. El concepto de turismo seguro sanitariamente va a ir ganando peso. Pensemos en Canarias o Baleares, donde el peso económico del turismo es tan importante, y que ven con esperanza el bajo número de contagios. La recuperación de la actividad turística pasa también por adoptar todas las garantías. Hay que evitar que se genere un problema epidemiológico en zonas que han actuado con bastante buena letra. El virus no tiene fronteras; plantea preguntas para las que no tenemos respuestas preparadas.
¿Asistiremos a una vuelta a la normalidad económica en detrimento del medio ambiente?
Yo espero que no. Ese riesgo siempre existe. En nuestro país hay una cierta querencia por el ladrillo. Y ya tuvimos una crisis económica por no ver los límites de un desarrollo centrado en el ladrillo. Sería un error volver a reproducir las condiciones para que eso pueda volver a ocurrir. Ya sabemos cuáles son las derivadas económicas y los riesgos en que incurrimos cuando el urbanismo no se compadece con los limite ambientales. Confío en que esto no ocurra. Mi impresión es que en Europa hay un consenso muy alto en que cualquier medida orientada a facilitar la salida de la crisis debe ser compatible y debe ser utilizada como un estímulo para construir e invertir en aquello que ya sabíamos que había que hacer, que es un desarrollo verde y digitalizado.
Y ahora se desploma el precio del petróleo...
Que el precio del petróleo esté bajo ayuda a nuestra balanza comercial como país importador; nos libera de recursos que podemos utilizar para otra cosas. Pero la salida de la crisis debe ser verde, no aprovechando esa bajada del precio para volver a un consumo masivo de petróleo.
DISTANCIA ENTRE PERSONAS “En estas semanas, es bueno acondicionar las calles para facilitar el uso de la bicicleta”
SENDA DE INCERTIDUMBRES “El proceso de desescalada será gradual y, probablemente, largo”
¿QUÉ TIPO DE RECUPERACIÓN? “La salida a la crisis debe ser verde y no volver al consumo masivo de petróleo”