La Vanguardia

Barcelona ampliará aceras y reducirá más el espacio al coche privado

Varios tramos de los laterales de la Gran Via y la Diagonal serán temporalme­nte peatonales

- DAVID GUERRERO

La necesidad de preservar una distancia mínima entre las personas que salgan a la calle en el progresivo desconfina­miento obliga a tomar medidas en una ciudad tan densa como Barcelona. El Ayuntamien­to apuesta por ampliar aceras y espacios para peatones, crear nuevos corredores ciclistas sobre carriles que hasta ahora pertenecía­n a los coches e implantar mejoras en los carriles bus para hacerlo más eficiente.

Todo ello bajo la filosofía del urbanismo táctico: unos conos más o menos estables, pintura amarilla, unos maceteros y poco más. De esta manera se puede ejecutar –y revertir, si algo falla– en cuestión de días. Nada que ver con los largos periodos que tarda habitualme­nte en materializ­arse cualquier cambio en la movilidad de la ciudad.

Una de las actuacione­s más vistosas será la ampliación de aceras de calles del Eixample como Consell de Cent, Rocafort y Girona. Por regla general, el espacio del coche quedará reducido a un solo carril limitado a una velocidad máxima de 30 km/h. El lugar en el que ahora hay coches aparcados pasará a ser la ampliación temporal de la acera, ganando así cuatro metros más para todas aquellas personas que vayan a pie. Una pintura vistosa en la calzada y elementos físicos de separación lo dejará claro.

Algo similar pasará en la Via Laietana, la gran reforma pendiente en el centro de Barcelona que lleva años siendo motivo de discusión política y entre vecinos y comerciant­es. De manera temporal, las estrechas aceras ganarán 4,15 metros a cada lado al sacrificar un carril de bajada. El espacio de la calzada más cercano a la acera se revestirá de pintura llamativa para dejar claro que ese lugar es de los peatones y en el centro se mantendrá un carril por sentido para vehículos privado y los carriles bus ya existentes.

Más simple, pero muy efectivo será el corte de una parte de los laterales de la Diagonal y la Gran Via. En el caso de la Diagonal se hará entre Francesc Macià y paseo de Gràcia en el lado mar y de ahí hasta Marina en el lado montaña. En la Gran Via la afectación se limitará al lado mar entre plaza Espanya y plaza Tetuán.

Entre una cosa y otra, suman unos 12 kilómetros de calles en los que el peatón gana 30.000 m2 de espacio público. “La salud debe motivar todas las actuacione­s que desarrolle­mos a partir de ahora”, destacó la teniente de alcalde de Urbanismo, Janet Sanz, en la presentaci­ón de las medidas realizada ayer en plaza Universita­t junto a la alcaldesa Ada Colau y la concejal de Movilidad, Rosa Alarcón.

La entidad Eixample Respira, que lleva días reclamando actuacione­s contundent­es, considera las medidas “necesarias pero del todo insuficien­tes para el Eixample y nada efectivas para la ciudad en general”. El portavoz de la entidad, Guille López, lamenta que lo anunciado “no está a la altura de la magnitud del momento y no permite garantizar la distancia física de la mayoría de la gente”. Se quedan fuera del plan municipal algunas propuestas como la de introducir cambios en la prioridad semafórica para que los peatones no tuviesen que esperar tanto en un paso de cebra.

El otro aspecto en el que ha tomado medidas el Ayuntamien­to es en la habilitaci­ón de 21 kilómetros más para bicicletas en una decena de puntos de la trama urbana. Este medio de transporte –junto a los patinetes eléctricos y las motos– se postula como antídoto al inevitable colapso viario que sufrirá Barcelona, cuando finalice el estado de alarma y el desconfina­miento sea total. Si una parte importante de los usuarios del transporte público decide pasarse al coche para sentirse más aislado se requerirán medidas con visión metropolit­ana que no aparecen en el plan presentado ayer, más dirigido a un primer momento de recuperaci­ón gradual de la actividad.

Sea como sea, con la amenaza del coronaviru­s o sin, el impulso a la bicicleta pasa por crear una infraestru­ctura segura. Es lo que está previsto hacer de manera temporal en calles como València, Pau Claris y Roger de Llúria, donde se sustituirá un carril de vehículos privados por uno de bicis. En cambio, llamar carril bici al conjunto de actuacione­s anunciadas sería ser benevolent­e, ya que en otros casos, como el eje Santscreu Coberta, se trata de un espacio compartido por la bicicleta con el autobús y los taxis.

URBANISMO TÁCTICO

Las actuacione­s con conos y pintura en la calzada son de rápida ejecución y reversible­s

UNOS GANAN, OTROS PIERDEN El espacio conquistad­o por los peatones deja calles del Eixample con un carril para coches

“No son carriles prioritari­os ni seguros, hacen falta propuestas valientes”, lamentan desde el Bicicleta Club de Catalunya (Bacc). Su portavoz, Adrià Arenas, lamenta que “hay distritos en los que no se ha tomado ninguna medida” y reclama actuacione­s de mejora también en la red existente. “Los carriles bici que antes ya se quedaban estrechos ahora directamen­te no garantizan la distancia necesaria entre personas”, considera Arenas.

Otras actuacione­s, como el carril bici del paseo Santa Coloma y Can Dragó, buscan facilitar la conexión metropolit­ana con los municipios vecinos, un aspecto en el que el Àrea Metropolit­ana de Barcelona (AMB) lleva años trabajando de manera estructura­l y que ahora parece recibir una tímida respuesta por parte de la capital

UN ESPACIO DE ALTA OCUPACIÓN Algunos de los nuevos carriles deberán ser compartido­s por bicis, taxis y autobuses

NO HAY LUGAR PARA INVENTOS Las medidas tomadas por Barcelona imitan las anunciadas por otras grandes ciudades

catalana. La intención del AMB es ejecutar actuacione­s similares en los próximos días en vías de conexión entre municipios sin infraestru­ctura ciclista segura, a imagen y semejanza de lo que se está haciendo en el entorno de París.

Lo cierto, es que el gobierno de Ada Colau no inventa nada nuevo. Son medidas que ya llevan días anunciando las grandes ciudades globales para hacer frente a un nuevo escenario todavía desconocid­o, en el que se prevé un aumento de la movilidad personal en detrimento del transporte público, cuyo uso a día de hoy sigue siendo desincenti­vado incluso por los propios operadores.

Para tratar de revertirlo, el Ayuntamien­to prevé crear nuevos tramos de carril bus y segregar algunos ya existentes con elementos físicos para protegerlo­s de la invasión de otros vehículos. Es una medida muy habitual en otras ciudades como Madrid, pero que en Barcelona es rara de ver hasta la fecha.

El conjunto de actuacione­s en el espacio público de Barcelona supone una inversión de 4,4 millones de euros y se empezarán a implementa­r de manera inmediata. “Es urbanismo táctico, de bajo coste y rápido. A partir de aquí ya veremos lo que se puede consolidar como permanente”, concluyó Sanz, que también dejó la puerta abierta a un segundo paquete de medidas como este en las próximas semanas, en función del grado de desconfina­miento, así como a la revisión de las medidas en función de su éxito o fracaso.

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ÀLEX GARCIA Mayor tranquilid­ad en la calle. El vecino que cruza el lateral de la Gran Via no deberá preocupars­e por los coches en unos días
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Ampliación de las aceras en Via Laietana
FUENTE: Ajuntament de Barcelona Ampliación de las aceras en Via Laietana
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Corredor bici en carrer de Sants-creu Coberta
LA VANGUARDIA Corredor bici en carrer de Sants-creu Coberta

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