“No desaparecerá ningún equipo”
Después del éxito del Mundial del 2019, el fútbol femenino no se imaginaba un año así con partidos fantasmas sin televisión, meses de retrasos en la firma del convenio colectivo, una huelga y una pandemia que paralizase la Liga a nueve jornadas del final. “No se ha estancado”, defiende Inés Juan, defensa del Espanyol. “Llevamos años de gran crecimiento y volveremos al mismo lugar o uno mejor”, dice con optimismo. “Económicamente, si no se finaliza la Liga la parte proporcional de los derechos televisivos se pierde”, avisa Rubén Alcaine, presidente de la Asociación de Clubs de Fútbol Femenino (ACFF). Eso quiere decir que si el acuerdo se cerró por 2,25 millones a repartir, no se cobrarían 700.000, una tercera parte, si la temporada no se reanuda.
Por culpa del coronavirus, los cuatro clubs independientes de Primera, sin matriz masculina, han presentado un ERTE. Son el Logroño, el Madrid CFF, el Granadilla y el Sporting Huelva. Los otros 12 han seguido un patrón de acuerdos de rebaja salarial con sus plantillas, como en el caso del Espanyol.
“Es una situación excepcional y me parecería injusto quejarnos cuando está afectando a miles y miles de trabajadores”, relata Inés Juan. “El club tenía sus necesidades y lo aceptamos”, relata, con lógica.
Eso sí, la ACFF está en disposición de asegurar que “no desaparecerá ningún club” por esta crisis. “No hay peligro. Siempre hemos abogado por un crecimiento razonable, a diferencia de los sindicatos que querían que las jugadoras cobrasen más”, recuerda Alcaine, que también anuncia que todos los equipos han regularizado ya el aumento salarial al mínimo de 16.000 euros retroactivo como recogía el convenio.
En cuanto a la Primera Iberdrola, la ACFF considera “precipitado” bajar la persiana. Alcaine cree que “lo justo” sería que se anulasen los descensos pero sí que hubiera ascensos de la Liga Reto. “Podríamos tener dos equipos más pero nuestra propuesta no es vinculante”. Eso beneficiaría al Barça, que sería campeón, y al Espanyol, colista, que se mantendría. “No nos toca opinar a nosotras”. Por si acaso, Juan sigue entrenando. Se fue a Ibiza, a la casa de su familia. “En Barcelona vivo en un piso pequeño y no podría hacer tan bien los ejercicios. Aquí tengo espacio”. Pero advierte que los equipos necesitarán “tres semanas o cuatro de pretemporada antes de volver a jugar”.