La Vanguardia

Poderoso caballero

La oscura historia de las primas a terceros por ganar... o por no hacerlo

- LEYENDAS Xavier G. Luque Barcelona

¿Cuándo empezaron las primas a terceros? Posiblemen­te desde que surgió la necesidad de ganar “por lo civil o por lo criminal”. O sea, desde siempre. Ya en la primera temporada de la posguerra se han documentad­o operacione­s y resultados sospechoso­s en las jornadas finales de Liga. Hasta los más grandes, el Madrid y el Barcelona, han recurrido al pago de incentivos. Y no sólo porque se jugaban un título, sino también para evitar el descenso. Estos son sólo algunos casos sonados.

EL BARÇA SALVA LA PROMOCIÓN.

Última jornada de la Liga 193940. Con el Betis y el Racing de Santander ya descendido­s, queda abierta una plaza de promoción. La ocupa el Barcelona, con 17 puntos, y tiene que alcanzar al Celta, con 19, al que superaría en caso de empate. El Barcelona se impone en Les Corts al Santander (del que todas las crónicas destacan que se empleó a fondo de manera sospechosa) y el Celta cae inesperada­mente en el campo de un Betis al que tampoco le iba nada. ¿O sí? Pocos días más tarde el club sevillano denuncia que sus jugadores recibieron un premio especial de siete mil pesetas “pagadas por delegados del Barcelona” y que igualmente recibieron una oferta del Celta (en este caso aún más grave, por dejarse ganar). La Federación abrió una investigac­ión y le exigió al Barcelona que presentara pruebas de su inocencia, a lo que el club blaugrana replicó argumentan­do que “no es dado probar a quien desconoce los hechos sino, por el contrario, es esta misión propia de quien afirma haberse producido aquellos”. ¿Cómo acabó todo? En nada, porque el Celta jugó la promoción, la ganó y ya nadie tuvo mayor interés en el asunto.

EL MADRID EVITA EL DESCENSO.

Otro caso similar, este con protagonis­ta directo con nombre y apellidos. Temporada 1947-48, última jornada de Liga. El Real

Madrid, que ya preside Bernabeu, se juega la categoría. Los dos últimos son la Real Sociedad (17 puntos) y el Sporting de Gijón (18). Ocupan las dos plazas fatídicas. Por encima figuran, empatados a 19 puntos, el Sabadell y el Madrid. No hay promoción. En la jornada clave el Madrid se impone en casa al Oviedo (2-0), pero por si acaso había primado al Atlético, que no se jugaba nada, para que ganara en El Molinón. Lo explicó muchos años más tarde Antonio Pérez Balada, portero suplente de los colchonero­s. “Nuestro delegado nos dijo que un señor nos daba 20.000 duros a repartir si ganábamos en Gijón. [Ganaron por 2-7] Al regresar a Madrid nos repartimos el dinero prometido y el Madrid se libró”.

LARA MANTIENE AL ESPANYOL.

Última jornada de la Liga 1960-61. El Espanyol, que jamás ha estado en Segunda, se halla en peligro, en un final con muchos implicados. Con el Granada desahuciad­o (17 puntos), luchan el Valladolid (23), el Elche (23), el Oviedo (24), el Santander (25) y el Espanyol (25). Bajan dos y promociona­n otros dos. En la última jornada, como suele pasar sospechosa­mente, todos los que buscan la salvación obtienen resultados inesperado­s. El Racing empata en el Bernabeu, el Elche golea al Valencia (4-1), el Valladolid gana al Mallorca (2-0) y, como enorme escándalo en la época, el Oviedo se impone en el Camp Nou por 3-5, con hat-trick de un joven prometedor, Luis Aragonés. El Barça, que tiene un partido vital en Bruselas tres días más tarde, ha dejado en la grada a Ramallets, Foncho, Gensana, Vergés, Segarra, Evaristo, Suárez, Kubala y el lesionado Garay. Ahora puede parecer lógico, pero entonces no se veía así y además estaba prohibido por el reglamento. El Espanyol juega a vida o muerte en San Mamés y con los resultados citados se va al pozo si pierde. El Athletic se sitúa 2-0 por delante y empiezan a llegar a Bilbao noticias de lo que está sucediendo en el Camp Nou. Uno de los periodista­s enviados desde Barcelona, Ricardo Pastor, lo contó años más tarde: “Avisé a uno de los delegados blanquiazu­les, el editor Lara [José Manuel Lara Hernández] y vi cómo salía pitando escaleras abajo...” El Espanyol se impuso 2-3, el último un autogol del Athletic. Y añadía Pastor: “Lara sacaba pecho en petit comité y decía que él salvó al Espanyol. Y comentaba: ‘Y eso que Carmelo [el portero del Athletic] me decía, pero que tiren a puerta alguna vez, ¡eh!’”. En la prensa bilbaína se tituló: “Victoria del Espanyol con goles de churrería”.

LA TRIPLE PRIMA.

Pero no todo son primas por evitar la catástrofe, al contrario. No hay desenlace en la Liga como el de la temporada 1970-71. A la última jornada llega líder el Valencia con 43 puntos, seguido del Barcelona (42) y el Atlético (41). Los tres con opciones, pero los blaugrana juegan en el Calderón y el Valencia en Sarrià, ante un Espanyol que ni le va ni le viene. Ganó el Espanyol. Y sus jugadores explicaron con el tiempo que ese día cobraron tres primas: la de su equipo, la del Atlético y la del Barcelona. Un festival. Por cierto, ganó la Liga igualmente el Valencia, porque en Madrid hubo empate. El presidente Montal desveló años más tarde que su homólogo, Vicente Calderón, le propuso jugarse a cara o cruz quien se llevaba el título: el que ganaba era campeón. No hubo acuerdo porque el fútbol, ya se ha visto, es cosa de caballeros.

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JULIO MUÑOZ / EFE Los entrenador­es Juan Ignacio Martínez (Valladolid) y Gabriel Humberto Calderón (Betis) se saludan poco antes del partido del 11 de mayo del 2014 que forma parte de la sentencia reciente del caso Osasuna sobre las primas a terceros
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