Arrecian las críticas de oposición y autonomías al ‘rodillo’ del Ejecutivo
La presión lleva al Gobierno a cambiar la unidad provincial en algunos casos
Las comunidades autónomas tendrán que ejecutar el plan de desescalada elaborado por el Gobierno de Pedro Sánchez, pero la unilateralidad con la que lo ha aprobado, la falta de concreción y, sobre todo, la elección de la provincia como área administrativa que servirá para ir pasando de fase han soliviantado a las comunidades autónomas. No sólo a las gobernadas por los nacionalistas, Catalunya y Euskadi, sino también a algunas de las que tienen gobiernos del PP, como Galicia, e incluso a la más importante en manos de los socialistas, la Comunidad Valenciana. Todas consideran que la estructura del Estado autonómico ha hecho irrelevante a la provincia como estructura administrativa, por lo que lo interpretan como un atentado a las comunidades y a sus competencias.
Este malestar autonómico, que incluye no sólo críticas del PP al plan de desescalada, sino también de algunos de sus socios de Gobierno (PNVO ERC), puede hacer que el presidente del Gobierno no encuentre apoyo suficiente en el Congreso de los Diputados para las sucesivas prórrogas del estado de alarma que el programa aprobado por Sánchez requiere.
Hasta tal punto llegaron las críticas que el ministro de Sanidad, Salvador Illa, se mostró abierto, tras escucharlas, a estudiar las propuestas que le puedan hacer llegar estas comunidades autónomas. Entre otras, que se apruebe para ellas otra división territorial como la determinada por las áreas sanitarias. Se tendría en cuenta si la propuesta resultara coherente y adecuada para una mejor gestión de la desescalada.
Los nacionalistas vascos no han ocultado su profunda crítica y centran su rechazo en el hecho de que se haya recuperado la provincia como entidad territorial. El Gobierno de Iñigo Urkullu se mostró “sorprendido” por el papel otorgado a unas provincias que, recordó, tienen un “protagonismo nulo” en materia sanitaria en Euskadi, donde las instituciones de salud dependientes de las diputaciones de los territorios históricos pasaron en su totalidad al Ejecutivo vasco en los años ochenta. Cree, por ello, que la responsabilidad debería recaer en las comunidades. “Hemos pasado de la plurinacionalidad que este Gobierno había preconizado como principio inspirador de la estructura del Estado al pluriprovincialismo”, afeó el portavoz del Gobierno vasco, Josu Erkoreka. El lehendakari Urkullu subrayó que plantear un “modelo de Estado provincial” supone un “retroceso centralizador y una anomalía incomprensible”, y emplazó a Sánchez a no prorrogar más el estado de alarma. En Ajuria Enea rechina también el argumento del control de la movilidad entre provincias, que estiman que está desfasado. “En Euskadi se puede constatar que no tiene mucha validez”.
El PNV considera “un error” que no se permita a las “administraciones más cercanas adaptar la situación a las particularidades de cada territorio” y sostiene que optar por la provincia “es más propio de un Estado unitario o incluso de un periodo preconstitucional”.
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