La Vanguardia

Compañías aéreas al borde de la quiebra

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Aviones aparcados al sol en los aeropuerto­s, ausencia de estelas en el cielo… Son imágenes que reflejan el drástico descenso de los vuelos a causa de las medidas tomadas para frenar la propagació­n de la pandemia de la Covid-19, fundamenta­lmente el cierre de fronteras que se registra a escala mundial, así como la limitación de vuelos interiores acordada por numerosos países. En Europa el tráfico aéreo es actualment­e sólo el 10% del que había el año pasado en estas fechas, o lo que es lo mismo: un 90% inferior. Así lo estima la Asociación Internacio­nal de Transporte Aéreo (IATA), que calcula que a escala mundial el descenso en abril es del 80%, el mayor registrado en la historia reciente. Esta paralizaci­ón ha colocado al borde de la quiebra a cerca de la mitad de las 290 compañías aéreas miembros de dicha asociación, ya que se han quedado sin liquidez para afrontar sus pagos.

En este dramático escenario, como no podría ser de otra manera, la situación del aeropuerto de Barcelona es también muy difícil. Se calcula que en el conjunto de este año, como consecuenc­ia de la pandemia, podría perder cerca de la mitad –en concreto, el 46%– del pasaje registrado en el 2019, que fue su año récord, con 52,6 millones de viajeros. Este mes de abril, sin embargo, acusa ya un descenso del 90% respecto al mismo mes del año anterior. Esto implica también, por consiguien­te, que Barcelona y el conjunto de Catalunya recibirán la mitad de visitantes, entre turistas y viajeros de negocios, que llegan por la gran puerta de entrada que es el aeropuerto. Ello da la medida del impacto que tendrá en el sector turístico y el de servicios en general.

Los citados cálculos se han realizado sobre la base de las estimacion­es de la IATA, en las que prevé tres meses de restriccio­nes severas del tráfico aéreo seguidos de una liberaliza­ción progresiva de los vuelos interiores, en una primera fase, y de los vuelos continenta­les e interconti­nentales en fases posteriore­s. Sólo en las compañías aéreas europeas esta situación puede suponer una caída en la facturació­n de 82.400 millones de euros este año, lo que pone en peligro 6,7 millones de empleos.

Para evitar el cierre de compañías aéreas en Europa, la IATA considera urgente la articulaci­ón de ayudas a través de préstamos y de reducción de impuestos. También solicitan flexibilid­ad para aplazar –o sustituir por un vale– el reembolso a los pasajeros de los billetes correspond­ientes a la enorme cantidad de vuelos que se han anulado, y que suponen globalment­e unos 10.000 millones de euros.

En Estados Unidos la Administra­ción Trump ha propiciado un plan de rescate de sus compañías aéreas a través de préstamos directos del Tesoro a cambio de acciones de estas. La Unión Europea debería reaccionar también con la misma celeridad si no quiere ver destruido su sector aéreo. En ese plan, en cualquier caso, debería haber equilibrio y equidad en las ayudas que reciban las compañías.

La UE debe arbitrar

ayudas urgentes, al igual que ha hecho

Estados Unidos

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