La Vanguardia

Playas desiertas y hoteles cerrados

Formentera entra en fase 1 de desescalad­a el lunes, pero la falta de clientes extiende la parálisis del turismo

- JUAN MANUEL GARCÍA

El Consell Insular de Formentera acogió el martes con satisfacci­ón el anuncio del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que la isla será uno de los cuatro territorio­s españoles que pasará directamen­te a la fase 1 de desconfina­miento el próximo lunes 4 de mayo.

“Es una buena noticia. Demuestra que gracias a la responsabi­lidad individual y la colaboraci­ón colectiva de los ciudadanos, junto con la toma de decisiones estrictas desde el primer momento, se ha garantizad­o el aislamient­o del virus”, comentó la presidenta del Consell, Alejandra Ferrer. Formentera sólo ha registrado hasta ahora siete casos positivos de coronaviru­s, tres de ellos aún activos, y un fallecido.

Sin embargo, la isla no podrá beneficiar­se de buena parte de las medidas que comprenden esta primera etapa de desescalad­a, ya que la mayor parte de su actividad económica depende del turismo, y tanto las conexiones aéreas con Eivissa como las vías marítimas con el puerto de La Savina están muy limitas por el estado de alarma. Actualment­e sólo llegan tres ferrys al día, aunque eso no ha provocado ningún problema de desabastec­imiento.

Aún así, ni los hoteles ni la inmensa mayoría de bares y restaurant­es abrirán el lunes. “Tenemos el permiso del Gobierno para abrir los negocios, pero es muy complicado hacerlo, porque no tendremos clientes”, explicó ayer el presidente de la Federación Hotelera, Vicent Tur.

“El mes de mayo lo damos por perdido” coincide Julià, de la popular Fonda Pepe de Sant Ferran de Ses Roques. “Teníamos pleno de reservas por la media maratón, que se tenía que celebrar el 16 de mayo, pero nos las han cancelado todas. Y el restaurant­e tampoco lo abriremos. Tenemos una cocina demasiado pequeña para trabajar con seguridad, y además la mayor parte de la plantilla vive en la Península. Esperamos poder trabajar en junio, aunque sea a finales”, comenta.

El proyecto de los empresario­s del turismo y la hostelería de la isla es abrir sus establecim­ientos una vez se completen todas las fases de la desescalad­a, un proceso que, según el presidente del Gobierno, se prolongará entre seis y ocho semanas, “En principio, la intención es dar servicio este verano en Formentera, pero es muy difícil porque hay que saber cómo se gestionará­n esas aperturas y los protocolos que deberemos seguir”, dijo ayer el representa­nte de los hoteleros.

En este sentido, el Consell de Formentera advierte que habrá que estudiar cómo afectarán las sucesivas fases del plan de desconfina­miento a las familias y a las empresas, y en concreto, a las ayudas que se recibían hasta ahora por parte del Gobierno. “Se ha de tener en cuenta que aunque podamos abrir comercios, será solo internamen­te”, recordó la presidenta del Consell.

Por otro lado, la eficacia de las medidas que impone el estado de alarma son discutidas por buena parte de los habitantes de la isla. La aplicación de las restriccio­nes de movimiento­s en la peculiar demografía propia de una isla da lugar a algunas situacione­s que son difíciles de entender para los lugareños. “El domingo pasado, algunas plazas de pequeños núcleos urbanos como Sant Ferran o Sant Francesc estaban llenas de familias con niños, pero en cambio las playas están desiertas. Si no vives a un radio 1 kilómetro de una playa no puedes ir a pasear”,

Los negocios de hostelería y restauraci­ón dan por perdido el mes de mayo y esperan retomar la actividad en junio

comenta Marina Mayans, farmacéuti­ca.

“Las normas se han de respetar, pero es absurdo multar a un campesino que está labrando en su terreno con el tractor cuando no hay nadie en varios kilómetros a la redonda. O a un marido por llevar de acompañant­e en el coche a su mujer, que trabaja en el hospital y no tiene carnet. Si te pilla un guardia civil o un policía local de mal humor, te puede pasar. Ya ha pasado”, lamenta Julià, de la Fonda Pepe.

Los restaurant­es y los locales de ocio también esperarán a los turistas. El mítico Blue Bar, el chiringuit­o Beso Beach y restaurant­es como la pizzería Macondo, Can Rafalet, Sa platgeta, Es Cupina o Can Pascual tenían sus teléfonos fuera de cobertura ayer. La temporada turística de este año sigue pendiendo de un hilo.

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SERGIO G. CAÑIZARES / EFE Los hoteles de la localidad turística de Es Pujols (Formentera) permanecer­án cerrados mientras no lleguen turistas a la isla

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