¿Trabajo en Igualada? Sí, ni me lo pensé
Cuando a Raúl Rodríguez, que hace un mes estaba en el paro, le ofrecieron la posibilidad de ir a trabajar al hospital de Igualada en el servicio de limpieza, su respuesta fue rápida. “Dije sí en seguida, ni me lo pensé y al día siguiente ya empezaba a trabajar. ¿Miedo? No he tenido, respeto sí, pero para eso vamos protegidos con mascarillas, guantes y batas”.
Casi idéntica respuesta nos da Yokasta Elvira, una dominicana que vive en Igualada desde hace más de treinta años y que desde el pasado 19 de marzo trabaja también en el hospital. “Nunca he tenido miedo, tenemos que enfrentarnos a lo que el destino nos depara y además me he sentido útil”.
Ambos fueron contactados por la Fundació Aurià, de Igualada, cuando esta entidad recibió el 17 de marzo una petición urgente de la empresa Ndavant, subcontratada para la limpieza del hospital, para contratar a siete trabajadores extras en el momento de máxima expansión del virus en la Conca d’òdena. De la lista de personas formadas o fichadas por la fundación, algunas rechazaron la posibilidad de este trabajo, pero otras se sumaron rápidamente y unos días después estaban ya trabajando. Como Raúl y Yokasta. O Nieves, que pese a sus problemas de fibromialgia y artritis se desplaza cada día desde Olesa de Montserrat y se siente feliz de aportar su granito de arena en el combate contra la pandemia.
“Cuando empecé –nos comenta Raúl Rodríguez– el hospital estaba a tope, había nervios, los médicos y enfermeras trabajaban doce horas, el primer día quedé impresionado, pero ahora el ambiente ya está más relajado”. Coincide Elvira: “Los primeros días estaba abarrotado, pero vi que todo el personal estaba muy entregado con los enfermos, conozco a algunos de verlos por Igualada, vi como trabajaban y a veces como lloraban, pero me alucinó la coordinación que había”.
También están de acuerdo en que se han tomado las medidas necesarias. “No sólo nos facilitaron el material para protegernos, incluso patucos, sino que nos dieron toda clase de instrucciones. Yo sabía que esa cosa invisible es destroyer, pero creo que si se toman medidas de protección se puede evitar el contagio”, añade Yokasta.
“Nunca he tenido miedo y además me he sentido útil”, afirma Yokasta Elvira, trabajadora de limpieza
Judith Alemany es orientadora laboral de la Fundació Àuria, de Igualada, una de las 437 entidades que forman parte del programa Incorpora de la Fundació La Caixa que trabaja en la formación e inserción de colectivos con alto riesgo de exclusión social. Alemany y todo su equipo están satisfechos de haber logrado en un tiempo récord que siete personas encontraran trabajo en un momento tan complejo. Y lo más importante, señala, es que “han trabajado bajo presión, sin problemas, ellos también han sido esenciales”.