La Vanguardia

¿Trabajo en Igualada? Sí, ni me lo pensé

- JOSEP PLAYÀ MASET

Cuando a Raúl Rodríguez, que hace un mes estaba en el paro, le ofrecieron la posibilida­d de ir a trabajar al hospital de Igualada en el servicio de limpieza, su respuesta fue rápida. “Dije sí en seguida, ni me lo pensé y al día siguiente ya empezaba a trabajar. ¿Miedo? No he tenido, respeto sí, pero para eso vamos protegidos con mascarilla­s, guantes y batas”.

Casi idéntica respuesta nos da Yokasta Elvira, una dominicana que vive en Igualada desde hace más de treinta años y que desde el pasado 19 de marzo trabaja también en el hospital. “Nunca he tenido miedo, tenemos que enfrentarn­os a lo que el destino nos depara y además me he sentido útil”.

Ambos fueron contactado­s por la Fundació Aurià, de Igualada, cuando esta entidad recibió el 17 de marzo una petición urgente de la empresa Ndavant, subcontrat­ada para la limpieza del hospital, para contratar a siete trabajador­es extras en el momento de máxima expansión del virus en la Conca d’òdena. De la lista de personas formadas o fichadas por la fundación, algunas rechazaron la posibilida­d de este trabajo, pero otras se sumaron rápidament­e y unos días después estaban ya trabajando. Como Raúl y Yokasta. O Nieves, que pese a sus problemas de fibromialg­ia y artritis se desplaza cada día desde Olesa de Montserrat y se siente feliz de aportar su granito de arena en el combate contra la pandemia.

“Cuando empecé –nos comenta Raúl Rodríguez– el hospital estaba a tope, había nervios, los médicos y enfermeras trabajaban doce horas, el primer día quedé impresiona­do, pero ahora el ambiente ya está más relajado”. Coincide Elvira: “Los primeros días estaba abarrotado, pero vi que todo el personal estaba muy entregado con los enfermos, conozco a algunos de verlos por Igualada, vi como trabajaban y a veces como lloraban, pero me alucinó la coordinaci­ón que había”.

También están de acuerdo en que se han tomado las medidas necesarias. “No sólo nos facilitaro­n el material para protegerno­s, incluso patucos, sino que nos dieron toda clase de instruccio­nes. Yo sabía que esa cosa invisible es destroyer, pero creo que si se toman medidas de protección se puede evitar el contagio”, añade Yokasta.

“Nunca he tenido miedo y además me he sentido útil”, afirma Yokasta Elvira, trabajador­a de limpieza

Judith Alemany es orientador­a laboral de la Fundació Àuria, de Igualada, una de las 437 entidades que forman parte del programa Incorpora de la Fundació La Caixa que trabaja en la formación e inserción de colectivos con alto riesgo de exclusión social. Alemany y todo su equipo están satisfecho­s de haber logrado en un tiempo récord que siete personas encontrara­n trabajo en un momento tan complejo. Y lo más importante, señala, es que “han trabajado bajo presión, sin problemas, ellos también han sido esenciales”.

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MANÉ ESPINOSA Raúl Rodriguez y Yokasta Elvira, trabajador­es de la limpieza en el hospital de Igualada

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