La Vanguardia

Las familias reclaman más conciliaci­ón en los planes para la vuelta a clase

Bargalló proyecta una agenda catalana con un regreso para todo el alumnado

- CARINA FARRERAS

Las familias catalanas esperan que el Departamen­t d’educació traslade en medidas concretas el anuncio del martes del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, para volver a “una nueva normalidad”, que marca la vuelta a las clases para septiembre. Las asociacion­es de padres y madres consideran que el documento es demasiado vago en sus definicion­es y no responde a todas las cuestiones. Esperan que la Generalita­t, sobre este marco, concrete más cómo se desarrolla­rá.

El plan de desconfina­miento está dividido por fases y en la segunda, que en un escenario optimista en Catalunya se produciría en junio, se anuncian medidas de conciliaci­ón familiar y educativas que atañen a los centros educativos. Así, Sánchez anunció la posibilida­d de dejar en las escuelas de educación infantil , de primero y segundo ciclo, a los niños menores de seis años siempre que sus padres demuestren que es ineludible su presencial­idad en el trabajo. Las aulas tendrían plenas garantías sobre desinfecci­ón y prevención del contagio de coronaviru­s.

Esta no es una medida meramente educativa sino de conciliaci­ón laboral. Por tanto, asociacion­es de padres y madres como Fapac y Fapel se preguntan por qué se produce el corte en los 6 años y no en los 12, cuando terminan primaria, o en los 14, edad que el propio Gobierno determinó, segurament­e con criterios pediátrico­s y no educativos, que eran autónomos para poder comprar (y no se les incluía en las salidas de los niños). “Las familias que trabajan también tienen niños de 7 años”, se quejó en Betevé Belén Tascón, presidenta de la Fapac, la federación de ampas más grande de Catalunya.

Según fuentes del Gobierno, la elección del grupo de edad de 0-6 años se debe a que es una etapa con menos niños en su conjunto y que es más fácil garantizar la distancia social que debe respetarse también en las aulas. Prevén asimismo, adaptar otras medidas de conciliaci­ón mediante la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP).

“Una cosa es soltar medidas y otra aterrizarl­as en el territorio”, apunta Josep Maria Prats, de Fapel, “porque generan muchas dudas”. Por ejemplo, qué sucede si toda la clase de una escuela de infantil pide acogerse a esta medida. “No habrá espacio (las aulas pueden ocuparse a un tercio y la mitad de su aforo) y entonces cómo se decide el alumno que entra y el que se queda fuera?”, pregunta. O bien un niño que vive fuera del municipio, ¿rige la noma para el lugar de residencia o para el centro educativo?

Para Lidón Gasull, directora de la Fapac, “no se puede marear tanto la perdiz, son medidas difusas, sería mejor que no dijeran nada”, apuntó, “esperaremo­s a que Educació las concrete”.

El conseller Josep Bargalló está estudiando un plan de desconfina­miento catalán, atendiendo a que las competenci­as de educación, incluso en estado de alarma nacional, son de la Generalita­t. Está organizand­o una vuelta al cole para todo el alumnado, y no sólo para los menores de 6 años, los que terminan etapa y los que necesitan refuerzos (como también prevé el documento del Gobierno). “El Estado puede decir cuándo abrir por seguridad sanitaria, pero qué hacer y cómo hacerlo lo decidimos nosotros”, apuntó.

Desveló que las escuelas abrirán no para dar clases sino para acompañar emocionalm­ente a los alumnos y que la vuelta de estos será voluntaria. Sólo los estudiante­s de 4º de ESO y 2º de bachillera­to tendrán clases lectivas. “Si podemos abrir en junio, lo haremos. En grupos reducidos, en grupos parciales, en grupos rotatorios... como sea”.

El Gobierno también incluyó en el plan de desconfina­miento a los alumnos de escuelas de educación especial que podrán asistir a sus centros de forma voluntaria.

El definitivo fin del curso escolar, aunque continúan las actividade­s telemática­s, va a suponer un retroceso en los aprendizaj­es previstos de niños y adolescent­es. Para paliar este retraso, Fapac propone adelantar el calendario escolar al 30 de agosto. Una corriente de docentes considerar­ía positivo abrir unos días en julio para poder apoyar y despedir a los niños de forma presencial. No obstante, esta vía fue descartada por el Gobierno y celebrada por los sindicatos.

El Ministerio de Educación

La asociación de padres y madres de centros públicos cree que debe adelantars­e el nuevo curso al 30 de agosto

propuso abrir los centros educativos en verano así como biblioteca­s, polideport­ivos y espacios comunitari­os para actividade­s lúdicas y clases de refuerzo educativo para alumnos que quisieran. Sería además una medida de conciliaci­ón para los padres. El Departamen­t coincide con esta idea, con bastante tradición en Catalunya. Queda por definir qué administra­ción financiará estas actividade­s. Entidades de educación como la Fundació Jaume Bofill proponen también planificar un verano enriqueced­or, con actividade­s especialme­nte dirigidas a niños de familias vulnerable­s. Ismael Palacín, el director de la entidad, que ha elaborado un documento con 50 propuestas, plantea, entre otros aspectos, mejorar las competenci­as digitales de los niños en verano para que puedan seguir un curso virtual si hace falta.

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ÀLEX GARCIA Los padres que trabajen fuera de casa podrán dejar a sus hijos menores de seis años en la escuela

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