Hollywood se traga el orgullo y aceptará estrenos online en la carrera a los Oscars
La pandemia dobla las rodillas a la academia e impone la excepción “sólo este año”
Tanto debate sobre Netflix sí o Netflix no entre los grandes señores del cine para que al final venga un bicho invisible y decida por ellos. La sacrosanta academia de Hollywood se rindió ayer a los hechos que impone el coronavirus, en concreto a la realidad del cine en casa, y de momento sólo en casa sí o sí, y accedió a introducir una excepción temporal a su condicionante de estreno en sala para poder optar a los Oscars. De modo que a los premios que se concederán en la ceremonia del año que viene podrán optar películas estrenadas online sin cumplir el requisito, vigente hasta ahora, de proyectarse en alguna gran pantalla de Los Ángeles durante al menos una semana y en tres sesiones diarias.
“Hasta nuevo aviso, y sólo para la 93 edición de los premios, las películas que tenían previsto su estreno en cines pero que antes estén disponibles en un servicio de emisión digital o streaming podrán ser elegibles para las categorías de mejor película, los apartados generales y de especialidad”, comunicó la Academia de Cine de Estados Unidos.
La excepción en el reglamento de los Oscars dejará de aplicarse una vez que las autoridades federales, estatales y locales permitan la reapertura de las salas en Estados Unidos. Entonces, “la cantidad de cines cualificados se expandirá más allá del condado de Los Ángeles para incluir áreas metropolitanas adicionales”, confirmaron los responsables de la institución. Dichas áreas adicionales son las de la ciudad de Nueva York, Bahía de San Francisco, Chicago, Miami y Atlanta.
La academia subrayó con gran énfasis la excepcionalidad de la medida y el retorno de la prioridad de la gran pantalla en cuanto la pandemia se dé por controlada. Estamos “ante una crisis de salud global inesperada y sin precedentes, tratando de responder a lo que está ocurriendo en el mundo y, al mismo tiempo, de apoyar a nuestros cineastas mientras afrontan una situación más allá de su control”. Pero al mismo tiempo “creemos firmemente que no hay mejor manera de experimentar la magia de las películas que verlas en un cine”, dijeron los jefes de la academia. Y “nuestro compromiso con eso no ha cambiado y es inquebrantable”, remacharon.
Hay que tener en cuenta que ya los gigantes de Hollywood, incluidos Disney, Universal o Warner, se han visto obligados a desviar estrenos a plataformas de streaming ante el abrupto cierre de las salas de cine en Estados Unidos. Y tampoco hay que perder de vista que quien manda en el cine de Hollywood son los grandes estudios y, ahora más que nunca, la necesidad.
La salvedad introducida para este año en el reglamento de los Oscars es lógica pero también histórica. No sólo porque nunca se había aplicado sino por la carga cultural y hasta psicológica que la concesión adquiere en el contexto del intenso y ya largo debate sobre la convivencia del cine tradicional con el sistema de las plataformas. Y aunque la realidad del consumo y las reglas del mercado ya venían empujando al entendimiento o incluso a la unificación de ambos universos –ésta última sustanciada con la creación de la plataforma Disney+–, las restricciones a las películas hechas por Netflix y las demás compañías nativas de cine y series online persistían y probablemente volverán por un tiempo en lo que respecta a subvenciones públicas, premios, festivales.
En Hollywood, Netflix ganó una batalla importante cuando la magistral Roma de Alfonso Cuarón, adquirida y distribuida por Netflix, ganó tres Oscars –aunque no el de mejor filme– en el 2019. Después de aquel hito, un importante grupo de directores hollywoodienses liderados por Steven Spielberg abogaron por un mayor proteccionismo para la gran pantalla a base de nuevos frenos a los competidores online. Sus tesis no prosperaron sobre el papel. Pero la ceremonia de los Oscars de febrero pasado fue un significativo varapalo para las expectativas de la reina de las plataformas. De las 24 nominaciones que había acumulado, frente a por ejemplo 22 de Disney, Netflix sólo ganó dos estatuillas (el de mejor documental por American Factory, y el de mejor actriz de reparto para Laura Dern por Historia de un matrimonio). Imposible probar una relación entre ese resultado y las reticencias de muchos académicos. Pero también imposible pasar por alto la coincidencia entre lo uno y lo otro.
La academia deja clara su convicción de que no hay mejor modo de vivir “la magia del cine” que verlo en pantalla grande