Bankia confía en que esta crisis sea menos lesiva que la del 2009
Bankia ha seguido las recomendaciones del Banco Central Europeo (BCE) y el Banco de España y presentó ayer un beneficio neto trimestral de tan sólo 94 millones, la mitad que en los tres primeros meses del 2019, tras realizar dotaciones por 125 millones. Estas provisiones preventivas –que anticipan el impacto de la crisis en un balance y un negocio que sólo sufrió dos semanas de parálisis total en el primer trimestre– son ya la norma común del sector financiero en estos momentos en los que sigue habiendo muchas incógnitas y poca visibilidad sobre la evolución de la economía y de la propia entidad.
No es posible, por tanto, hacer demasiadas cábalas sobre el futuro, aunque José Sevilla, consejero delegado de Bankia, se atrevió a decir ayer que espera no entrar en pérdidas en el conjunto del año. De momento, el primer trimestre del banco controlado por el Estado fue positivo en la parte alta de la cuenta de resultados y más discreto en la de abajo, por los ajustes.
De todas formas, al mercado lo que le preocupa sobre todo ahora es la resiliencia, que se mide por la solvencia y la liquidez. Y, ahí, Sevilla se atrevió a sacar pecho. Bankia no es, ni de lejos, el banco más rentable, pero su ratio de capital es de los más altos del sector –el 13% sobre sus activos– lo que le da un buen colchón para absorber pérdidas, si llegan. En cuanto a la liquidez, los 30.000 de activos muy líquidos –fundamentalmente, deuda pública– le permiten garantizar que no pasará problemas para renovar sus vencimientos y financiarse en el hipotético caso de que se cierren los mercados. Este escenario no se contempla por ahora con el apoyo incondicional del BCE y su política ultraexpansiva y sus estímulos casi ilimitados.
Sevilla dio por buena la acción de los bancos centrales aunque admitió que nada es gratis pese a las apariencias: “El coste de esta crisis nos dejará una factura que en Europa se dilata en el tiempo y se pagará a muy largo plazo”. El directivo explicó que ahora sólo cabía actuar así, también en España, donde se ha buscado amortiguar el golpe en el mercado laboral, financiero y concursal, entre otras áreas. “Las medidas adoptadas son buenas e importantes y caerán muchas menos empresas”. Sevilla pidió mayor flexibilidad en los ERTE. El banco espera mucho menor negocio en créditos hipotecarios y al consumo y también en financiación a las empresas al margen del ICO. Y alzas en la morosidad hasta niveles desconocidos.
El banco reduce su beneficio a la mitad después de duplicar sus provisiones para anticipar la recesión