China tacha de “virus político” a los manifestantes de Hong Kong

Nuevo recado de Pekín para los manifestantes de Hong Kong. Tras unos meses de tregua forzada por el coronavirus, China tachó ayer de “virus político” a los que protestan y advirtió que “no habrá paz hasta que termine la violencia”. Para ello, se comprometió a “mantener el orden y salvaguardar la seguridad nacional” y desactivar unas protestas que el año pasado pusieron patas arriba la ciudad durante meses.

Conforme el virus queda bajo control en la urbe, el movimiento antigubernamental ha incrementando sus llamamientos a retomar las calles. En los últimos días, ha habido pequeñas concentraciones rápidamente dispersadas por la policía local, pero se espera que se hagan mayores a medida que se relajen las medidas de distanciamiento social.

Ante la posibilidad de una nueva escalada, el portavoz de la Oficina de Asuntos de Hong Kong y Macao reiteró que China no se quedará de brazos cruzados frente a lo que considera una “fuerza destructiva” y “demente”. “Las acciones de los manifestantes violentos suponen un virus político para la sociedad de Hong Kong”, añadió en su comunicado.

Tras siete meses de algaradas callejeras y otros cuatro de coronavirus, la excolonia está en una “situación difícil”. Esta semana se supo que la economía se contrajo un 8,9% en el primer trimestre del año. “Sin embargo, el mayor culpable proviene de dentro. Los radicales que se dedican descaradamente a la violencia son las fuerzas más maliciosas, destructivas y tóxicas”, apostilló.

Este es el último de una serie de mensajes que dan a entender que Pekín está cansado de la inestabilidad política y quiere meter en cintura a la oposición. Para ello, China nombró a principios de año a dos aliados cercanos al presidente Xi Jinping al frente de las dos oficinas que representan a Pekín en Hong Kong. En las últimas semanas, estas instituciones han emitido mensajes contra quienes dificultan el funcionamiento del Parlamento local con “tácticas despreciables”. También se han pronunciado a favor de implementar la polémica ley de Seguridad. Poco después, la policía detuvo a 15 históricos activistas de la ciudad por su participación en “asambleas ilegales” en el 2019, lo que se interpretó como un intento de intimidación para futuras convocatorias.

En septiembre Hong Kong celebra elecciones legislativas. Tras el fracaso en las municipales de noviembre, Pekín quiere asegurarse de que no pierde también el control del Parlamento local, por lo que es previsible que crezca su presión.