La Vanguardia

El PNV arranca la “cogestión” autonómica y blinda sus elecciones

- JOKIN LECUMBERRI

El PNV dio ayer un sí a la prórroga del estado de alarma cocinado en tres frentes. El principal sació su reclamació­n persistent­e de “cogestión” y “codecisión” de las comunidade­s con el Estado a la hora de ejecutar la desescalad­a, un camino “de la mano” con el Gobierno central pero en el que, insistió el partido vasco, debe dejarse a un lado la “rigidez” actual para que sean las autonomías las que adapten las medidas a su “realidad”. La fórmula, basada en el pacto entre institucio­nes, queda abierta con el logro jeltzale.

La propuesta vasca, vía enmienda, rebaja la centraliza­ción en el manejo de la crisis, autorizand­o la “cogobernan­za”. “El Gobierno –reza el texto aceptado por el Ejecutivo de Sánchez– podrá acordar con cada comunidad la modificaci­ón, ampliación o restricció­n de las unidades de actuación y las limitacion­es respecto a la movilidad de personas”. En esa línea, y “en caso de acuerdo”, las medidas “serán aplicadas” por quien “ostente la presidenci­a” del territorio.

No todas las fases necesitan del estado de alarma; la excepciona­lidad no puede ser permanente”

Hay que dejar de lado la rigidez inicial y que las autonomías adapten las medidas a su realidad”

El portavoz del PNV, Aitor Esteban, celebró el paso y recordó a Sánchez que no ha sido “ni justo ni correcto” al insistir en un mando único que, creen en Sabin Etxea, ha destilado condescend­encia sobre las comunidade­s y ha sembrado dudas en torno a su capacidad. “Frente a la responsabi­lidad del Gobierno, el resto de institucio­nes parecían txoriburus –descerebra­dos-”, afeó. Asimismo, Esteban reclamó que la progresiva “vuelta a la normalidad” alcance también el plano legal. El partido vasco, así, no apoyará más prórrogas. “No todas las fases de la desescalad­a necesitan del estado de alarma”, indicó, a la vez que subrayó que “una situación de excepciona­lidad no se puede convertir en algo permanente”.

Por otro lado, el pacto para el apoyo de ayer del PNV da vía libre a otro de los objetivos jeltzales :la celebració­n de elecciones autonómica­s en julio, todavía sin concretar debido al recelo de la oposición. El acuerdo alcanzado garantiza que “la vigencia del estado de alarma no supondrá obstáculo alguno al desenvolvi­miento y realizació­n de las actuacione­s electorale­s precisas”. El pacto no es un permiso, ya que éste no es necesario porque la convocator­ia en Euskadi depende sólo de que se levante la declaració­n de emergencia sanitaria, sino que asegura el correcto funcionami­ento de servicios como el INE o Correos de cara a los comicios.

“Si en la fase 2 se permite la reunión de personas, cómo no vamos a dejar que se ejerza un derecho básico como es votar”, resaltó Esteban. La lucha electoral vasca tuvo ayer un envite en el Congreso y EH Bildu, que se abstuvo en la prórroga por “responsabi­lidad”, acusó al PNV de pactar con Sánchez “en función de sus intereses partidista­s y electorale­s” y censuró el “mercadeo”. Lo que está sobre la mesa de Iñigo Urkullu es convocar a las urnas para el 5 o el 12 de julio.

Con respecto al fondo de reconstruc­ción de 16.000 millones para las comunidade­s lanzado por la Moncloa, el PNV recordó al presidente que la singularid­ad fiscal de Euskadi y Navarra hacen que ambos territorio­s dependan de su propia recaudació­n, por lo que solicitó que puedan aumentar su límite de endeudamie­nto.

El tercer compromiso arrancado por los nacionalis­tas es que Treviño, territorio burgalés enclavado en Álava, será gestionado durante la desescalad­a como si pertenecie­se a la provincia vasca, algo que los municipios de la zona llevaban tiempo reclamando.

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