Micromecenazgo para el hospital
Desde principios de año el hospital de la Santa Creu i Sant Pau de Barcelona preparaba una campaña de apoyo a la entidad en la que se pudiesen sumar tres iniciativas: las aportaciones económicas, el voluntariado para acompañar a pacientes y familiares y las donaciones de sangre y tejidos. Y de pronto llegó la Covid-19. Se decidió entonces acelerar el proyecto y lanzaron la campaña “A Sant Pau lluitem contra el coronavirus”, lema que anteayer iluminó la fachada principal del edificio modernista de Sant Pau, con ocasión del Giving Tuesday.
“Es una campaña de micromecenazgo y en pocos días hemos alcanzado casi la cifra de 24.000 euros, con pequeñas donaciones que pueden ser desde 5 euros a la cantidad que sea”, nos explica la doctora Gemma Craywinckel, su directora gerente. El objetivo “es captar donaciones para cubrir las urgentes necesidades asistenciales del hospital y financiar proyectos de investigación y será una comisión la que decidirá las prioridades”. Hasta el momento ha habido 340 donantes, con una media de 68 euros.
Junto a estas donaciones, los responsables de Sant Pau valoran mucho la reacción de distintas empresas, entidades y vecinos que en los momentos de máxima tensión y expansión de la pandemia acudieron para aportar todo tipo de ayudas.
Una persona anónima del barrio desde el inicio de la crisis cada día va a comprar bocadillos y cruasanes a una panadería y los lleva al servicio de urgencias e intensivos, los más estresados por la crisis. Las Teixidores de Nou Barris les llevaron 800 mascarillas que ellas mismas habían confeccionado. En la cuenta de Instagram del hospital hay numerosos agradecimientos a este tipo de donaciones. Y van desde la donación de 500.000 euros de la propia Fundació Sant Pau para la compra de material médico hasta una pastelería “por hacer este lunes de Pascua un poco más dulce para los profesionales”. La lista es larga e incluye desde el Ayuntamiento chino de Changchún que donó 10.000 mascarillas hasta la Fundació FCB que donó unos smartphones o la Federació Catalana de Tir amb Arc que donó tablets. Durantes estos días han llegado pizzas, galletas y cápsulas de café para los sanitarios, pero
Los vecinos del barrio colaboraron en plena crisis aportando desde mascarillas a cremas para la cara y cruasanes
también batas, mascarillas, desinfectantes, móviles, baterías, portátiles. Hoteles cercanos han ofrecido camas para enfermos y casas de alquiler de coches sus vehículos para traslados. Las muestras de solidaridad, sobre todo de los primeros días fueron emocionantes, como aquellas mujeres del barrio que donaron cremas para la cara, esenciales para los sanitarios que van todo el día con la mascarilla.
Ahora, las ayudas se canalizan a través de la web de la campaña y la intención es que continue a lo largo del año.