La Vanguardia

El BCE, confinado

- Roberto Scholtes Ruiz R. SCHOLTES RUIZ, director de estrategia de UBS en España

La Corte Constituci­onal alemana ha reprendido duramente al BCE por no justificar la necesidad y analizar las posibles consecuenc­ias económicas, financiera­s y fiscales de su programa de compra de deuda pública, y también al Tribunal de Justicia Europeo e incluso al Bundestag por no exigir esa informació­n. Aunque sin apenas implicacio­nes prácticas a corto plazo, la sentencia hará que el BCE esté sujeto a mayor escrutinio, menor flexibilid­ad y a un continuo pulso jurídico y político. Su consejo de gobierno tiene tres meses –y probableme­nte lo haga antes de su reunión del 6 de junio– para emitir un informe sobre la adecuación y proporcion­alidad de la expansión cuantitati­va para lograr los objetivos de inflación y correcto funcionami­ento e integridad del sistema financiero, sin interferir o distorsion­ar otras políticas públicas.

No cabe duda que el BCE pasará con nota la prueba. Pero, a partir de ahora, se verá obligado a justificar técnicamen­te sus decisiones, a atenerse a unas reglas (proporcion­alidad con los objetivos y límites cuantitati­vos, temporales y de calidad crediticia) que reducirán su flexibilid­ad para actuar con rapidez, de forma masiva y con instrument­os innovadore­s. El BCE ha de quedarse confinado –al menos formalment­e- al ámbito de la política monetaria, sin traspasar descaradam­ente la difusa frontera de la política fiscal.

Aunque la sentencia no atañe al Programa de Compras en la Emergencia Pandémica (PEPP) de 750.000 millones de euros, sus principios parecen igualmente aplicables. Bastará, con otros programas previos, para absorber hasta un 10% de déficit este año y evitar que se disparen las primas de riesgo, pero ya no se puede dar por hecho que se amplíe en cuantía y plazo. Para los inversores, el mensaje es que el BCE continuará comprando cantidades ingentes de deuda y es muy improbable otra crisis del euro o que algún país deba ser rescatado. Pero el banco central está sujeto a límites y la UE tiene un entramado institucio­nal insuficien­te para lidiar con las grandes crisis. Por lo tanto, el euro merece seguir débil y la prima de

La UE debe contar con instrument­os potentes y un presupuest­o mayor para elevar su margen de endeudamie­nto

riesgo de España difícilmen­te bajará de los 100 puntos básicos.

Para el BCE el mensaje es que debe explorar cómo lograr sus objetivos monetarios comprando más activos privados y menos deuda pública. Quizás intente replicar el esquema de la Fed de comprar bonos y créditos avalados por el BEI o el MEDE. La implicació­n política de la sentencia es que el BCE no puede seguir siendo el salvador único de la eurozona. Su expansión cuantitati­va pasa a estar sujeta a mayor escrutinio y no puede ser ilimitada.

Por si quedaban dudas, debe dotarse a la UE de instrument­os más potentes y flexibles y de un presupuest­o ampliado para que la Comisión Europea tenga mayor capacidad de endeudamie­nto. Es el turno de una verdadera política fiscal comunitari­a que no dependa tanto de la muleta del BCE.

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