Netanyahu obtiene el aval judicial para ocupar el poder tres años más
Luz verde del Supremo israelí para el quinto gobierno del líder conservador
El primer ministro israelí, Beniamin Netanyahu, ha obtenido una gran victoria judicial, la más importante de su larga carrera política. El Tribunal Supremo le permite gobernar durante los próximos tres años. Este respaldo es un gran escudo para defenderse durante el proceso penal por corrupción que arrancará el próximo día 24.
El Alto Tribunal ha resuelto por unanimidad que la presunción de inocencia ampara a Netanyahu y que, por tanto, no es apropiado inmiscuirse en un asunto de clara dimensión política. Varios opositores y grupos a favor del buen gobierno recurrieron al Supremo el acuerdo de coalición entre Bibi y el general Benny Gantz, hasta ahora su principal rival político. Entendían que Netanyahu no puede presidir el gobierno porque está procesado. El Supremo reconoce que
El primer ministro alternará las tareas de gobierno con su defensa en un proceso penal por corrupción
la “integridad moral” del primer ministro está en entredicho, pero aclara que la ley que obliga a dimitir a un parlamentario o ministro procesado nada dice explícitamente del jefe del ejecutivo.
Durante los últimos años Netanyahu y sus aliados han atacado con fuerza la independencia del Supremo por entender que era demasiado progresista. Las concentraciones frente a la sede judicial han sido frecuentes durante estos días de deliberaciones. La intención de la derecha es desproveerlo de competencias para que no pueda ejercer control político sobre el Ejecutivo y el Parlamento.
Netanyahu, que lleva 14 años en el poder, asumirá la dirección de su quinto gobierno el próximo miércoles. Gantz será ministro de Defensa. Dentro de 18 meses, cuando Gantz le releve al frente del Gobierno, Netanyahu seguirá como “primer ministro alternativo”, un cargo que es una filigrana política que el Parlamento aprobó ayer y que le protegerá hasta el final del gobierno de coalición, en mayo del 2023.
Durante estos tres años, Netanyahu librará una batalla judicial para demostrar su inocencia en un caso que el fiscal general ha llevado adelante ante el enorme peso de las pruebas policiales. Al parecer varios magnates de los medios de comunicación obtuvieron ganancias millonarias gracias a las ventajas políticas que les dio Netanyahu a cambio de regalos y buena prensa.
El pasado marzo, después de las terceras elecciones en un año, Netanyahu estaba contra las cuerdas. Gantz tenía suficientes apoyos para quitarle el poder, y estaba a punto de empezar el juicio penal. Pero entonces llegó el coronavirus y Gantz sintió la urgencia de pactar una coalición para sacar a Israel de la pandemia. Durante un año y tres campañas, el general, antiguo jefe del Estado Mayor, prometió que nunca pactaría con Netanyahu. Ahora dice que desde dentro del Gobierno puede garantizar que la justicia avance sin ingerencias.
Lo cierto es que el primer ministro gana tiempo para conseguir su gran objetivo: una ley de inmunidad, el blindaje perfecto. Su quinto gobierno no tendrá otra prioridad. Será un gobierno con 36 ministros. Netanyahu y Gantz han tenido que crear carteras de más para acomodar a las distintas familias políticas que les apoyan y que van desde el centroderecha hsta la extrema derecha nacionalista y religiosa. Presidirlo no será fácil. Netanyahu y Gantz se fían tan poco el uno del otro que el acuerdo de coalición está redactado a prueba de traiciones. Cada uno tiene poder de veto sobre el otro.