Peleas en el Parlamento de Hong Kong por el control de un comité
Gritos, agarrones, empujones, papeles volando desde las gradas, varios expulsados y una camilla sacando a un herido. ¿Era un partido de fútbol para evitar el descenso? ¿Acaso una final entre dos equipos enemistados? Pues no. Se trata de la sesión celebrada el viernes en la sede parlamentaria de Hong Kong, donde el caos y los enfrentamientos entre los legisladores de las bancadas rivales pusieron una vez más de relieve la creciente tensión política que vive la ciudad.
En esta ocasión, la trifulca vino motivada por los intentos de ambos bandos por hacerse con el asiento de la presidencia de un comité clave para el funcionamiento de la Cámara, que lleva bloqueado meses y es responsable de examinar los proyectos de ley antes de ser enviados a la votación final.
Cuando la presidenta en funciones y miembro destacada del partido oficialista DAB, Starry Lee, tomó asiento en el podium, los legisladores del bloque prodemocrático trataron de acercarse a ella mientras gritaban consignas y levantaban carteles rojos con su rostro y la frase en latín “ultra vires” –que significa “más allá del poder o la autoridad legal”– en protesta.
Sin embargo, sus aliados en la Cámara la rodearon para evitar que la alcanzaran, momento en el que se desató el pandemonio. Hubo imprecaciones, empentones, gente por el suelo, acusaciones de abuso de poder y alguna lágrima.
Uno a uno, los once legisladores de la oposición fueron expulsados de la sala, incluido Andrew Wan, que tuvo que ser sacado en camilla tras sufrir una lesión en la espalda.
Pese a lo llamativo de las imágenes, no es la primera vez que se registran escenas como éstas en una Cámara profundamente dividida desde que hace un año la jefa del Ejecutivo, Carrie Lam, impulsara la controvertida ley de extradición y se desatara la mayor crisis política desde que la ciudad semiautónoma volviera a estar bajo soberanía china. Tras meses de violentas protestas, la retirada del proyecto legislativo y unas elecciones municipales que dieron el triunfo al bloque prodemocrático, el coronavirus impuso una tregua forzada en la ciudad.
Sin embargo, con la mejora de la situación y la vuelta a la normalidad –ayer reabrían bares, gimnasios, cines o bibliotecas, entre otros–, todo apunta a que las protestas volverán a hacer pronto acto de presencia.