El coronavirus se lleva por delante parte del crédito de Vladímir Putin
Una encuesta del Centro Levada le da la popularidad más baja en dos décadas
Cuando se hundió el submarino nuclear Kursk, en agosto del 2000, Vladímir Putin prefirió seguir de vacaciones en el mar Negro. Fue un error de principiante, reconocido por él mismo, que llevaba menos de un año en el Kremlin. En adelante, casi siempre ha estado en primera línea, como en el 2009, durante la crisis económica mundial, cuando por ejemplo llegó a la cementera Bazeltsement, en huelga, y ante las cámaras dio un bolígrafo al dueño, el oligarca Oleg Deripaska, para que firmase mantener empleos y sueldos. Pero con el coronavirus ha dejado las principales decisiones a los líderes regionales, y eso está pasando factura a su popularidad.
Según la última encuesta del Centro Levada, el nivel de aprobación del líder ruso cayó en abril hasta su nivel más bajo en dos décadas: un 59 %, frente al 63 % de marzo.
En marzo, Putin aún aseguraba que la situación estaba “bajo control”. Pero a finales de ese mes, Rusia ya tuvo que tomar medidas drásticas contra el virus. Durante la visita al hospital para infectados en Komunarka, dejó que fuese el alcalde de Moscú, Serguéi Sobianin, el que hiciese el anuncio fatal. En una conversación escenificada para las cámaras, le dijo a Putin que la situación ya era “muy grave”. Desde entonces, Rusia vive confinada.
Luego se supo que el director del hospital, con el que Putin tuvo contacto, estaba infectado. Desde entonces, el presidente ruso trabaja a distancia en su residencia de Novoogariovo, a las afueras de Moscú, lo que no contribuye a la imagen rayana en el heroísmo que a veces dan los medios oficiales. Aunque mantiene constantes reuniones por videollamada, ha sido criticado por dejar que sean otros los que den las malas noticias a los rusos. De hecho, ha sido Sobianin quien ha explicado esta semana que el confinamiento se alargará todo el mes de mayo.
A los datos del Levada podría haber contribuido un incierto futuro económico, agravado por una bajada del precio del petróleo. “No recuerdo nada como esto”, dijo hace una semana Antón Siluánov, ministro de Finanzas, sobre el “doble impacto” económico. La jefa del banco central, Elvira Nabiúllina, pronosticaba ayer un descenso del PIB este segundo trimestre del 8 %. El desempleo puede pasar de 2,5 a ocho
Confinado en su residencia, ha dejado las grandes decisiones a los líderes regionales, sobre todo a Sobianin
millones, según Alexéi Kudrin, presidente del Tribunal de Cuentas.
La pandemia ha obligado a cancelar el desfile del día de la Victoria, que habría contado hoy 9 de mayo en la plaza Roja con destacados líderes mundiales y contribuido a la imagen de Putin. Tampoco se ha celebrado la votación sobre la reforma constitucional que le permitirá estar en el Kremlin hasta el 2036.
Paradójicamente, el apoyo a esta reforma creció en abril, con un 47 % a favor, frente al 40% de marzo.
Sería demasiado decir que esta crisis pone en peligro el poder de Putin. Pero, acostumbrado a unos índices de popularidad del 70% y el 80%, sí ensombrece sus momentos estelares, como la vuelta de Rusia a la geopolítica mundial con aquel discurso del 2007 en la Conferencia de Seguridad de Munich o cuando en el 2014 hacía frente a las críticas por la anexión de Crimea.