El cardenal Omella pide un gran pacto político y defiende la renta mínima
El presidente de la Conferencia Episcopal Española, el cardenal arzobispo de Barcelona Juan José Omella, ha pedido “un gran pacto para salir juntos” de la crisis de la Covid-19, como el que se hizo “después de la Segunda Guerra Mundial”. Lo dijo ayer en un coloquio por vía telemática en el Nueva Economía Fórum, en el que advirtió que “si los políticos no tienen una comunión perfecta con toda la sociedad, todas las decisiones que tomen serán erróneas”.
Omella defendió “un pacto entre todos los partidos políticos, todos los estamentos sociales y todos los estamentos económicos”. Insistió también en que “la mirada del gobernante debe ser desde los más pobres y no desde quienes mejor están”. Esta defensa del pacto ya fue expuesta por el cardenal en su artículo “Diálogo constructivo” publicado en La Vanguardia (26/ IV/2020)
Omella se mostró también a favor de la renta mínima vital que prepara el Gobierno. “Estamos por esa ayuda absolutamente a la gente más necesitada”, dijo. Y añadió que debería evitarse “que se eternice” pero reconociendo que en algunos casos deberá ser permanente si la persona no puede salir de la situación de pobreza. Esa apreciación puede interpretarse como una cierta corrección a las palabras pronunciadas unos días antes por el secretario general de la CEE, Luis Argüello, en una rueda de prensa cuando se opuso a un ingreso mínimo vital con carácter “permanente”.
Fiel a su estilo, el cardenal que ahora preside la Conferencia Episcopal Española estuvo conciliador con el Gobierno y señaló que no cree que haya tenido “ninguna intención de cercenar” el derecho a la libertad de culto. Lo dijo en relación con algún incidente en iglesias durante el confinamiento que calificó de “anecdótico”. Ratificó esta opinión el arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, quien matizó que pudo haber algún desalojo, pero lo atribuyó al celo policial.
En cambio, sobre la ley de eutanasia indicó que “se habían precipitado muchísimo” porque a su juicio esta norma ha llegado al Parlamento “sin consenso de la sociedad ni reflexión seria”. “Nosotros no somos dueños de la vida”, subrayó. También se mostró a favor de “un verdadero diálogo, no ideológico” para alcanzar un pacto de Estado educativo y defendió la enseñanza concertada que “ahorra mucho dinero al Estado”. Finalmente destacó que la Iglesia ha estado “confinada” pero “no parada” y puso de relieve la gran labor de Cáritas y de Manos Unidas.