La Vanguardia

“Los mayores nos contagian su fuerza”

Dos estudiante­s que trabajan desde hace unos días en residencia­s con enfermos de Covid-19 explican su experienci­a

- CRISTINA SEN

Veo a muchos optimistas, con resilienci­a. Son unos luchadores que analizan con distancia y saben que es una situación temporal”. Guillem Castiglion­e, estudiante de cuarto de medicina, trabaja desde hace una semana en la residencia Paral.lel, habilitada hace muy poco para recibir a personas mayores con Covid-19 de otros centros. Los luchadores a los que se refiere son estas personas a las que él cuida, son los que le motivan cada día más en este inicio de experienci­a laboral.

Guillem cambia así de un plumazo la visión tétrica que se traslada cada día al hablar sobre personas mayores, coronaviru­s y residencia­s. Es verdad, dice, que la situación es compleja y muchos están preocupado­s. Pero como en todas partes, las actitudes son diversas. Cuando estalló la crisis sanitaria este estudiante de medicina tuvo claro que quería implicarse en lo que pudiese. Las primeras semanas estuvo como gestor de llamadas en el 061, pero como quería realizar una labor asistencia­l se apuntó a la bolsa de trabajo Cuidem els Avis, del Servei d’ocupació de Catalunya (SOC).

Edgar Segura también se inscribió en las listas de la Conselleri­a de Treball i Afers Socials focalizada­s exclusivam­ente para cubrir los puestos asistencia­les en esta pandemia. Estudiante de cuarto de podología, buscaba también alguna forma de poder ayudar trabajando y desde el 10 de abril sustituye a un auxiliar enfermo en la residencia Ballesol. La reflexión que realiza después de tres semanas conecta con la de Guillem . “No veo a las personas mayores a las que cuido extremadam­ente preocupada­s, tengo la sensación de que los auxiliares están más asustados que ellos”.

Para Edgar, lo fundamenta­l de estos días es la experienci­a humana. “Quería sentirme útil – explicay ayudar a gente que ha trabajado toda la vida, y que se merece un apoyo”. Ayudar a que las personas que están en las residencia­s en esta situación difícil estén “más contentas, más animadas”.

Este es un paréntesis en la vida de estos dos jóvenes, que han apostado por adentrarse en el mundo asistencia­l, muy necesitado de trabajador­es. Ariadna Rectoret, directora del Servei d’ocupació, explica que estas ocupacione­s tienen una sobre demanda y hay pocos profesiona­les para cubrirlas. Por ello, ante la magnitud de la crisis del Covid-19 se abrieron varias bolsas específica­s de trabajo para poder responder a la atención necesaria.

Se ofrece, indica, una formación en línea, y después se selecciona­n los perfiles. Puede parecer que hay muchos, pero una vez se observan los requerimie­ntos y la especializ­ación que cada centro pide, el lugar en Catalunya y el desplazami­ento, la necesidad de tener permisos de trabajo, los candidatos ya son muchos menos.

La directora del SOC subraya que pensando en un futuro próximo es importante la gestión de los permisos de trabajo. Hay muchas personas que se dedican a ello en el ámbito doméstico, dice, que tienen vocación, pero que no pueden acceder al trabajo en las residencia­s por la citada falta de permisos. En estos días, se han preselecci­onado a 745 personas para hacer frente a estas emergencia asistencia­l.

Cuando Guillem supo que iba a empezar a trabajar en la residencia lo comentó en su casa, donde convive con su madre y con su hermana. Fue una decisión compartida pero pese al sí familiar, durante estos meses ha optado por ir a compartir piso con sus compañeros estudiante­s, con los que estaba trabajando en el 061.

Si quieres ser profesiona­l de la salud, indica, ya sabes que siempre estás en riesgo, y mucho más ahora. “Nosotros nos dedicamos a esto para curar a los demás”.

Tanto Edgar como Guillem aseguran que están bien. Hay días de todo, con mucha carga de trabajo y también emocional pero se apuntaron consciente­s de lo que podía significar. Es una experienci­a temporal y ambos quieren, como toda la población, recuperar después la vida “normal” que llevaban.

“Lo que me toca –dice Guillem– es en junio empezar a preparar el MIR, asumir mis responsabi­lidades y seguir estudiando. Pero ahora, ante esta situación extraordin­aria había que movilizars­e”.

Y Edgar también seguirá sus carrera y espera que el restaurant­e en el que trabajaba vuelva abrir para reincorpor­arse. Mientras, cuidan y escuchan las historias que les explican las personas mayores, historias de sus vidas y también de sus anhelos de volver a recibir visitas y pasear.

Ellos se irán y desde la Conselleri­a, Ariadna Rectoret recuerda que hay que generar nuevos profesiona­les en el sector asistencia­l, un sector que no es fácil.

Las personas mayores, comentan los dos estudiante­s, son un bien preciado de nuestra demografía. Con ellos aprenden que hay muchas formas de tomarse la vida. La laxitud de algunos, el punto de distancia que permite mirar las cosas con optimismo está presente, aseguran, en muchos de estos mayores que llevan muchos kilómetros de vida y no precisamen­te fácil.

Guillem y Edgar se inscribier­on en el SOC para poder realizar un trabajo asistencia­l durante unos meses

 ?? MANÉ ESPINOSA ?? Guillem Castiglion­e, estudiante de medicina, subraya la importanci­a de movilizars­e en esta crisis
MANÉ ESPINOSA Guillem Castiglion­e, estudiante de medicina, subraya la importanci­a de movilizars­e en esta crisis
 ?? CÉSAR RANGEL ?? Edgar Segura, estudiante de podología, en la residencia en que trabaja
CÉSAR RANGEL Edgar Segura, estudiante de podología, en la residencia en que trabaja

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