Maestro y amigo
JOSÉ MANUEL SÁNCHEZ ORTEGA (1937-2020) CIRUJANO
El doctor José Manuel Sánchez Ortega nació en marzo de 1937 en La Fuente de San Esteban, Salamanca, de la que siempre presumió. Como decían sus amigos: “Alto y delgado, de aspecto vareado, con cierto parecido con el literario personaje de don Quijote”.
Acabados los estudios de medicina en la Universidad de Salamanca, habiendo debutado profesionalmente en el pueblo de Garcibuey y realizado sustituciones en su pueblo, decidió venir hacia Barcelona, donde había conseguido una beca de la Fundación Lado dedicado a promocionar la especialización en enfermedades torácicas.
Llegó al hospital de Sant Pau donde ingresó como interno-residente, “entonces sí que éramos residentes”, le gustaba recordar. Pero la dedicación a la cirugía cardiotorácica, pronto y vistas sus habilidades quirúrgicas, fue reconducida hacia la cirugía general y del aparato digestivo. Era el año 1964.
En la Ciudad Condal, tocado por la brisa del Mediterráneo, empezó a escribir su historia de especialista en cirugía siempre acompañado por su mujer Glòria.
Historia de éxito que lo hizo trabajar al hospital Vall d’ Hebron para después consolidarse el hospital de Bellvitge al lado de su maestro, el doctor Sitges Creus. Allí se convirtió en jefe clínico, jefe de urgencias y profesor de la Universitat Autònoma de Barcelona.
En la tesis doctoral calificada “cum laude” y dirigida por el profesor JL Balibrea, ya apuntó dos líneas de investigación y de dedicación clínica que lo acompañaron toda la vida: la cirugía del esófago y el uso de la sutura mecánica en la cirugía digestiva.
Se desplazó a Rusia para investigar y comprobar el funcionamiento de un dispositivo de sutura circular, destacando en su uso a nivel español en la cirugía de la hipertensión portal y en la de esófago, campo en que acabó siendo el referente quirúrgico de todo el país.
En el año 1985 fue nombrado jefe del servicio de cirugía en el hospital de la Esperanza y después de los acontecimientos olímpicos, con su equipo, se trasladó al hospital del Mar, donde estuvo hasta la jubilación y donde continuó como jefe emérito. En todo este interregno, trabajó en la clínica Sagrada Família, fue secretario de la Sociedad Catalana de Cirugía, premio a la Excelencia Profesional del Colegio de Médicos en el 2008, y en el año 2015 fue nombrado premio Virgili, máximo galardón de la Societat Catalana de Cirugia.
De su valía profesional podrían hablar mejor que nadie sus pacientes, que lo adoraban y lo seguían, estuviera donde estuviera. Somos testigos los que hemos trabajado con él.
Para no hablar de las personalidades a las que trató. Sus compañeros lo denominaban el médico de cabecera de los cirujanos, todo el mundo quería ser operado por él. La intervención gástrica que realizó a su maestro es indicativo de lo que acabamos de decir.
Su valía técnica y humana lo caracterizaba como persona. Hombre que añoraba las dehesas de su tierra, siempre que podía iba a visitar a su madre, Paca La Vicentilla”, que todavía guardaba en el comedor familiar la foto del hospital de Sant Pau, “el hospital de José”
A los amigos nos llevaba a Salamanca a hacer “tientas” con “vaquillas”, afición a los toros que trajo de su tierra, y que en más de una ocasión acabó con colegas suyos enfangados por el suelo.
José murió el 22 de marzo del 2020, todavía trabajando en la cirugía que tanto amaba, doblegado por la epidemia de la Covid-19. Adiós querido maestro y amigo.
Hombre de gran valía profesional, añoraba las dehesas de su tierra, adonde siempre que podía se escapaba