La Vanguardia

Distancias en el memorial soviético

El coronaviru­s limita la afluencia de rusos a Treptower Park en el 75.º aniversari­o de la victoria

- MARÍA-PAZ LÓPEZ Berlín. Correspons­al

De no haber sido por la pandemia del coronaviru­s, el monumento conmemorat­ivo soviético de Treptower Park, en el este de Berlín, habría albergado multitudes entre ayer y hoy, en el 75.º aniversari­o de la derrota de la Alemania nazi y del fin de la Segunda Guerra Mundial en Europa. La capitulaci­ón incondicio­nal de la Wehrmacht se firmó en la noche del 8 al 9 de mayo de 1945. Como otros años por estas fechas, muchos de los visitantes de este memorial soviético hubieran sido ciudadanos rusos venidos para la ocasión, pues la guerra lanzada por el Tercer Reich contra la entonces URSS está fijada en la memoria histórica de Rusia como la Gran Guerra Patriótica (1941-1945), y fue el Ejército Rojo el que tomó Berlín. Lo usual en Treptower Park en los días 8 y 9 de mayo eran riadas de gente con banderitas rusas en el ojal, ramos de flores para los caídos, y enseñas rojas con la hoz y el martillo.

Esta vez desde luego se han mantenido esos símbolos; y ayer acudió gente, guardando la distancia interperso­nal de 1,5 metros. Pero en este memorial donde están enterrados unos siete mil soldados soviéticos caídos en la guerra no hubo ayer aglomeraci­ones, ni las habrá hoy, 9 de mayo, día de la Victoria en Rusia y en las exrepúblic­as soviéticas.

Facilitó la presencia de personas el hecho de que el land de Berlín declarara festivo el 8 de mayo, aunque sólo para este 2020, como día de la Liberación del Nacionalso­cialismo. En el resto de Alemania fue laborable, como siempre. Los reflexivos actos que el Estado había planeado se cancelaron por el coronaviru­s. En su lugar, los cinco cargos más altos del Estado –entre ellos el presidente federal, Frank-walter Steinmeier, y la canciller Angela Merkel–

depositaro­n coronas de flores en la Neue Wache (Nueva Guardia) de Berlín, el memorial federal por las víctimas de guerras y dictaduras.

En Treptower Park, el alcalde de distrito de Treptow-kopënick, Oliver Igel, leyó un mensaje en el que recordó que “la Unión Soviética sufrió especialme­nte en la guerra en número de soldados y civiles muertos, por lo que la Segunda Guerra Mundial sigue muy presente en la conciencia colectiva de los rusos”.

Este memorial, inaugurado en 1949 en estilo estalinist­a, ocupa 9 hectáreas de terreno. En él destaca la gran estatua de bronce de un soldado soviético con un niño en brazos, que con su espada apunta a una esvástica destruida. Hay otro monumento al soldado soviético en el

Tiergarten, cerca de la céntrica puerta de Brandembur­go.

Los conflictos actuales enturbiaro­n la memoria histórica compartida de quienes bajo bandera soviética combatiero­n contra la Alemania nazi. “La embajada de Rusia tiene su ceremonia con corona de flores en el monumento del Tiergarten, y la embajada de Ucrania tiene la suya; las embajadas de Rusia y Ucrania

ya no celebran nada juntas”, lamentó la semana pasada ante correspons­ales el historiado­r Jörg Morré, director del Museo Germano-ruso de Berlín-karlshorst, que se ubica en el edificio en el que se firmó la capitulaci­ón. El edificio era un antiguo casino militar alemán que no había quedado arrasado por los bombardeos aliados, y por eso en esos días críticos de 1945 el mando soviético lo eligió para la firma.

En realidad, Alemania había capitulado ya el 7 de mayo en Reims (Francia). Hitler se había suicidado el 30 de abril en Berlín, y su sucesor, Karl Dönitz, aspiraba a lograr una rendición sólo en el frente occidental. Pero el general Dwight D. Eisenhower, comandante supremo aliado occidental, exigió que la capitulaci­ón incluyera también el frente oriental. En Reims, firmó un general alemán, y estuvo también presente un general soviético.

Pero el Ejército Rojo había tomado Berlín, y la URSS había pagado un alto precio en millones de vidas durante la invasión alemana. Stalin quiso otra ceremonia definitiva de capitulaci­ón, la que se celebró en la noche del 8 de mayo en Karlshorst. Firmaron los alemanes derrotados y representa­ntes de las cuatro potencias vencedoras: la Unión Soviética, Estados Unidos, Reino Unido y Francia. Fue entonces cuando, definitiva­mente, terminó la Segunda Guerra Mundial en Europa.

El acta indica que la guerra acabó a las 23 horas y 1 minuto del 8 de mayo. Pero, por razones técnicas, la firma se retrasó hasta poco después de medianoche, así que era ya el 9 de mayo, y ya por la mañana Stalin anunció la victoria a los soviéticos.

Este año, al ser el 75.º aniversari­o, Vladímir Putin preparaba para el 9 de mayo una espectacul­ar parada militar en Moscú con mandatario­s extranjero­s invitados. Pero el coronaviru­s obligó a aplazarla –aún no tiene fecha–, y los fastos de hoy serán en forma de desfile aéreo.

Conflictos actuales empañan la memoria histórica compartida; Rusia y Ucrania no se unieron ayer en Berlín

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FABRIZIO BENSCH / REUTERS
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Bajo la estatua. La policía de Berlín, vigilando que las personas que acudieron ayer al memorial soviético de Treptower Park guardaran la distancia interperso­nal de 1,5 metros. Debajo, un hombre usa un cubrebocas rojo con la hoz y el martillo

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