De la madera al ladrillo
MANUEL JOVE (1941-2020) Empresario gallego del sector immobiliario
Imparable y tenaz. Son dos de las palabras que mejor definen al empresario gallego Manuel Jove Capellán, fundador de la promotora Fadesa y de la corporación empresarial Inveravante. Falleció el pasado jueves en su casa de A Coruña a los 78 años.
Nacido en A Coruña en 1941, empezó su andadura empresarial en los negocios de carpintería de su padre, vendiendo las puertas que se fabricaban en el taller. De ahí su amor a la madera y la naturaleza. A los 19 se fue a Alemania, donde trabajó duro. A su vuelta a España, Jove montó una empresa de reformas y Fincas Galicia, que acabaron quebrando pero que le sirvieron para forjarse como empresario. Una de las lecciones que aprendió de aquellos años de juventud fue que tener grandes deudas con la banca en el mundo de los negocios no es bueno.
Tras esa etapa de juventud, montó Edificaciones Coruñesas (Edicosa) y después, en los setenta, Fadesa, la promotora que le llevó a entrar en la lista de las grandes fortunas de Forbes.
Casado con Amparo desde los 24 años, tuvieron tres hijos: María José, Felipa y Manuel Ángel. La muerte de la primera en marzo del 2002 por una aneurisma cerebral dejó descolocado al empresario, puesto que siempre la vio como su sucesora en el negocio familiar. En su memoria, constituyó la Fundación María José Jove, que trabaja en favor de la infancia y la inclusión social.
Siempre se negó a dar entrevistas y su rostro no se hizo conocido hasta que la promotora saltó a bolsa en el 2004. Después, cansado un poco de viajar en su avión privado porque le gustaba ver las promociones inmobiliarias que la compañía levantaba fuera de España, optó por venderla. Golpe de suerte. La compró Fernando Martín, propietario de Martinsa, justo antes de que estallase la burbuja inmobiliaria en septiembre del 2006, por más de 2.200 millones de euros. Famosa es la cena en la que ambos empresarios cerraron la transacción en un conocido restaurante de Madrid. Fue la última gran venta de una inmobiliaria antes del pinchazo del ladrillo.
En el 2007, Jove entró en el capital del BBVA, banco en el que llegó a controlar un 5% y se convirtió en uno de los máximos accionistas a título particular. En el 2012 empezó a reducir su inversión y en el 2014 abandonó por completo su participación.
A partir de ahí, montó Iveravante, sociedad que invirtió en distintos sectores, desde las energías renovables hasta la moda y vuelta al inmobiliario. Por sugerencia de la Xunta gallega se quedó con la firma de moda Caramelo. Dicha adquisición se convirtió en un quebradero de cabeza, pues la plantilla no llevó bien que entrara para reflotarla y los empleados se manifestaron en la calle durante la reestructuración.
Al acabar la crisis inmobiliaria, volvió al mundo del ladrillo y proyectó importantes complejos turísticos y residenciales de lujo en Marruecos y en varios países latinoamericanos. A Jove le gustaba pisar los terrenos que iba a comprar para construir inmuebles y era un incansable negociador con los propietarios del suelo.
En su actual empresa trabajan más de 800 personas, pero mantiene a su secretaria, su director general, su abogado y equipo más cercano desde la época de Fadesa. El cuartel general de Iveravante está en el municipio de Linares Rivas (A Coruña) y los muebles de madera maciza rememoran su amor por este material.
Su actual inmobiliaria, Avantespacia, tiene en promoción unas 2.500 viviendas en distintas zonas del país, después de que en el 2018 se hiciera con el 100% de una promotora que en el 2016 lanzó junto a BBVA, al comprar la participación del 30% que el banco tenía en la firma. Avantespacia cuenta con una cartera de suelos de 1,5 millones de metros cuadrados, de los que 348.000 están ya en desarrollo de dichas viviendas.
Volcado toda la vida en la familia y el trabajo, ahora les toca a sus hijos seguir la senda emprendedora iniciada por este hombre sencillo. Su pasión estos últimos años eran sus nietas, con las que pasaba grandes ratos. Otra de sus pasiones era la pintura. Cuenta con una importante colección de cuadros, cedidos a la fundación que lleva el nombre de su hija.
En su carrera profesional recibió
La promotora Fadesa, que fundó en los años 70, le llevó a entrar en la lista de las grandes fortunas de ‘Forbes’
varios galardones, como la Medalla Castelao que otorga la Xunta de Galicia y reconocimientos como los de la Universidad Politécnica de Madrid, la Asociación de Promotores y Constructores de España o la Asociación de Empresarios Gallegos en Catalunya por la impronta que ha dejado en el mundo inmobiliario: proyectos de lujo construidos a precios razonables.