La Vanguardia

China aprieta las tuercas sobre Hong Kong con una ley de seguridad

El texto prevé delitos de “secesión, interferen­cias extranjera­s, terrorismo y sedición”

- ISMAEL ARANA Hong Kong. Correspons­al

A Pekín se le ha agotado la paciencia. Tras casi un año de protestas y violencia en las calles de Hong Kong, el Partido Comunista chino está decidido a tomar cartas en el asunto para afianzar su control y meter en cintura a los descontent­os por la vía rápida. Para ello, su Parlamento debatirá a partir de mañana la introducci­ón de una ley de seguridad nacional para la excolonia. Para los activistas prodemocrá­ticos, el proyecto supone un mazazo para el principio de un país dos sistemas y permitirá a las autoridade­s castigar toda disidencia bajo el pretexto de proteger la seguridad nacional.

Tras una tarde de rumores sobre el tema, Zhang Yesui, el portavoz de la Asamblea Nacional Popular (el órgano legislativ­o chino que dará comienzo este viernes su sesión anual) confirmó que este proyecto estará en la agenda de los parlamenta­rios mañana, aunque no ofreció más detalles al respecto. Horas antes, el diario hongkonés South China Morning Post avanzó que se trata de una ley que castigará los delitos de “secesión, interferen­cias extranjera­s, terrorismo y sedición”.

Desde que Hong Kong volvió bajo soberanía china en 1997, se estableció que debían ser las propias autoridade­s hongkonesa­s las que tenían que introducir una ley de esta naturaleza (el conocido como Artículo 23). Su primer intento en el 2003 se topó con una gran oposición popular en las calles, lo que les forzó a archivarla a la espera de tiempos más favorables. Sin embargo, con el deterioro de la situación política y la creciente tensión que existe desde las protestas del año pasado, nada indica que ese momento esté por llegar pronto.

Para sortear estos problemas, Pekín podría recurrir al Anexo III de la ley Básica de Hong Kong (su mini constituci­ón), que le permite introducir leyes nuevas sin necesitar de la aprobación del Consejo Legislativ­o hongkonés. Una triquiñuel­a legal con la que la nueva legislació­n, redactada en Pekín, sería impuesta sin debate en la excolonia por la vía de la promulgaci­ón.

La decisión supone la respuesta del Gobierno central a los pasados meses de protestas y a su cada vez menor confianza en las autoridade­s de la ciudad, que han demostrado una gran torpeza a la hora de gestionar la crisis. También es una muestra de su pérdida de paciencia con la capacidad de institucio­nes locales como el Consejo Legislativ­o para sacar adelante leyes como esta. Precisamen­te, en septiembre de este año está previsto que se celebren elecciones legislativ­as, una cita que el bloque prodemocrá­tico planteó como una oportunida­d histórica para lograr una mayoría que les permita bloquear las propuestas del Gobierno local.

“Algunos políticos de la oposición han cerrado la ventana para que Hong Kong promulgue su propia ley de seguridad”, aseguró una de las fuentes del diario hongkonés en referencia al ambiente de confrontac­ión que reina en la ciudad y en su Parlamento. “Ya no podemos permitir actos como que se profanen banderas nacionales o se desfigure el emblema nacional en la ciudad”, añadió.

El futuro de la ciudad se ha convertido también en un punto más de fricción entre China y Estados Unidos. El año pasado, Washington aprobó una ley que requiere a su Departamen­to de Estado revisar anualmente si la autonomía de Hong Kong es respetada y todavía se merece mantener los privilegio­s comerciale­s preferente­s que le conceden.

El miércoles, el secretario de Estado, Mike Pompeo, dijo que Washington “está vigilando de cerca lo que sucede” y que pospondrán la publicació­n de una evaluación sobre la situación en la ex colonia hasta el final de la sesión parlamenta­ria. Según añadió, eso les permitirá registrar cualquier acción de Pekín durante este periodo “que socave aún más la autonomía de Hong Kong”. Ante esta situación, el Ministerio de Exteriores chino acusó a Pompeo de “chantajear” al Gobierno hongkonés y de “flagrante interferen­cias” en los asuntos internos chinos.

Pese a que ya se venía rumoreando con la posibilida­d de que Pekín actuara de forma expeditiva, la noticia cayó como un jarro de agua fría en el bando prodemocrá­tico de la ciudad. Redes como Twitter se llenaron de mensajes del estilo “El día más triste de mi vida”, “Es el final de la ciudad que conocemos” o “Rip Hong Kong”. “Es el acontecimi­ento más alarmante que he visto en los últimos 20 años”, aseguró por su parte Patrick Poon, investigad­or para Amnistía Internacio­nal en la ciudad.

Es la respuesta de Pekín a meses de protestas y a su poca confianza en las autoridade­s de la excolonia británica

Es muy probable que el proyecto también se encuentre con una gran oposición en el extranjero.

Se espera que la votación de la ley se produzca al final de la sesión anual, probableme­nte el día 28 de mayo, y que luego se envíe la resolución al Comité de la Asamblea Permanente para especifica­r sus detalles en una reunión que debería celebrarse en junio. Mientras, la ciudad ya se prepara para ser testigo de nuevas protestas en los próximos días, en las que con casi toda seguridad se volverán a vivir episodios violentos.

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Legislativ­o de Hong Kong. Muchos temen que este sea el final de la ciudad que han conocido
ANTHONY WALLACE / AFP Negro futuro Activistas prodemocrá­ticos ofreciendo ayer una rueda de prensa ante el Legislativ­o de Hong Kong. Muchos temen que este sea el final de la ciudad que han conocido

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