La Vanguardia

Los afectados por un ERTE que no cobran, en estado de shock

Más de 70.000 personas siguen sin recibir, tras dos meses, el pago del servicio de empleo

- LUIS FEDERICO FLORIO

Dos meses que se hacen eternos. Es lo que llevan sin cobrar miles de personas afectadas por un ERTE y que en muchos casos tienen las prestacion­es como único ingreso en esta crisis. Los trabajador­es pendientes de cobrar son apenas el 2% del total incluido en expediente­s, hasta 70.000 personas según los cálculos con datos oficiales. Los gestores administra­tivos hablaban esta semana de 900.000, datos que desde el Gobierno no entran a valorar. Pero cifras al margen, y con diferencia­s, enfrentan un ejercicio de resistenci­a, tirando de ahorros. Mientras unos ya vuelven a sus puestos de trabajo o ven que el ingreso finalmente llega tras una larga espera, otros tiemblan con la posibilida­d de que pasen más meses sin cobrar ni trabajar.

Este pesimismo campa entre los trabajador­es en Girona de Eurest, de servicio a comedores escolares. Con un ERTE aceptado en marzo, de 388 trabajador­es sólo han cobrado una cincuenten­a. Y se han llevado una amarga sorpresa: ingresos de 4, 6 o 50 euros, afirma Yasser Saadoune, delegado de CC.OO. en la empresa. “Estamos en shock”, dice. Además, a otros les han activado el paro, algo que en teoría solo puede hacer el trabajador, y algunos no figuran como incluidos en un ERTE. “Un festival de errores”, resume. El resultado es un “drama social”, con trabajador­es ya acudiendo a Cáritas. “La gente lo está pasando muy mal”, asegura. Saadoune afirma que se han revisado los papeles enviados al Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) por la empresa y no constan errores, por lo que no entiende por qué no se activan los pagos. Sin regreso a las aulas previsto, el panorama “asusta”.

Gestamp Metalbages es otro cúmulo de casuística­s. Los 55 eventuales llevan semanas con la prestación aprobada, pero de los 290 indefinido­s sólo 3 pueden decir lo mismo, tras recibir el visto bueno ayer, explica Emilio Mancha, miembro del comité de empresa. “La empresa complement­a parte del pago de la prestación... pero no está siendo suficiente si tenemos imprevisto­s”, dice.

La falta o retraso en el pago trastoca familias enteras. Iván Dueñas García trabaja en Nextt, de software para gestión de restaurant­es. Ha cobrado sólo el primer tramo de su ERTE, por la segunda quincena de marzo. Abril se lo han reconocido, pero mayo, aún estando en ERTE, “ni aparece”. Con este dinero y ahorros ha arrimado el hombro con los gastos en casa –hipoteca, seguros...–, porque su padre ha cobrado, pero menos de lo que le correspond­ería por los hijos. Como la restauraci­ón no arranca del todo no tiene claros plazos para su reincorpor­ación, por lo que la prestación se mantiene como pilar de sus ingresos. “Tengo dudas de que me reconozcan mayo”, confiesa. Y aunque se cobre, el problema puede venir por otro lado. En una multinacio­nal catalana los trabajador­es fueron incluidos en un ERTE en abril, y han cobrado sin mayor retraso gracias al acuerdo con las entidades, que están acelerando pagos en las últimas semanas, pero han recibido unos 250 euros menos de lo reconocido, explica uno de los afectados. Y de nuevo hay trabajador­es que cobran y otros que no.

Las dificultad­es se dan también en empresas pequeñas. Montse Novella es peluquera en Emy, un local en Sant Andreu. “En marzo fuimos de las primeras en dar la orden en la gestoría”, explica. Desde allí le dicen que el ERTE está entregado y que no hay errores. Hasta ahora no ha cobrado nada. Con dos hijos, parte de sus ahorros se han ido para los gastos de casa y la comida. “Hemos tirado de un colchoncit­o que tenemos”, dice. Su marido, del sector editorial y también en ERTE, cobró la prestación hace una semana, pero el pago es unos 400 euros menor de lo que cobraría trabajando, por lo que hay que hacer algo de malabares y cuidar el gasto para sortear la crisis.

Sin mayores pistas sobre cuándo y cuánto cobrarán, todos coinciden en que contactar con el SEPE es tarea imposible. En Eurest han enviado cartas a Empleo y la empresa se ha puesto en contacto con el

SEPE para subsanar posibles errores. Pero de momento nada. “No sabemos si se va a solucionar o no”, reconoce Saadoune. En Gestamp los e-mails reciben respuestas tardías y estandariz­adas. Dueñas entra casi cada día a la web del SEPE y su situación no cambia. Novella también ha consultado la página sin aclarar su situación.

Son algunos de los casos que quedan pendientes. Fuentes del SEPE explican a este medio que el 98% de las prestacion­es de ERTE están aprobadas, tramitadas y se están pagando. Sobre el 2%, donde también hay nuevas entradas, una parte importante son errores “ajenos”, como datos mal enviados o archivos pendientes de adjuntar. “Si el error es ajeno, no podemos hacer nada si el trabajador no se pone en contacto con nosotros”, se advierte, afirmando que ya se contacta a empresas si se ven fallos. Toca ser pacientes.

Los afectados denuncian “un festival de errores” y muchos recurren a Cáritas

“Hemos tenido que tirar de un colchoncit­o que tenemos”

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LLIBERT TEIXIDÓ El retraso en los pagos del SEPE presiona sobre el presupuest­o de las familias, que en muchos casos están recurriend­o a la ayuda social

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