El difícil examen de la izquierda el 12-J
Las elecciones vascas y gallegas muestran las asignaturas pendientes del PSOE y Podemos
En cuatro decenios el centroizquierda sólo ha presidido el Gobierno vasco a través del PSOE durante casi cuatro años, con la antigua Batasuna ilegalizada, mientras que en la Xunta lo hizo en seis, dos de ellos, en los ochenta, gracias a tránsfugas populares. En este terreno favorable para el centroderecha, nacionalista del PNV en Euskadi y del PP en Galicia, se va a desarrollar la cita electoral del 12 de julio, complicada ya de por sí para el Gobierno de coalición de
Pedro Sánchez, por los sobresaltos generados por la pandemia, que se han intensificado en los últimos días tras la onda expansiva del controvertido acuerdo con EH Bildu. Esta se apuntó así a la política del peix al cove, mientras el BNG, en la abstención, no logró que el PSOE aceptase sus demandas . El papel de Bildu fue agitado ayer por el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, para erosionar a los socialistas, que, comandados por Gonzalo Caballero afrontan el 12-J en un ambiente caracterizado por la resignación de la izquierda ante la mayor fortaleza que exhibe el PP que efectuó esta convocatoria, controvertida en Galicia, a partir de favorables datos demoscópicos internos. La negra sombra del fatalismo progresista gallego resurge, mientras que en Euskadi Podemos alienta la creación de una compleja mayoría alternativa al dominio del PNV, un tripartito con EH Bildu y el PSE, aliado de Iñigo Urkullu.