La Vanguardia

“¿Y si montamos un club?”

Álex Formento y Marc Gasol planearon el Bàsquet Girona en un café en Memphis

- Sergio Heredia

El talento individual gana partidos, pero el equipo gana campeonato­s

Michael Jordan

–Aquellos paseos por Memphis en compañía de Marc Gasol, aquellos cafés... –recuerda Álex Formento (43).

Y luego se explica. Han pasado diez años: –Teníamos todo el tiempo del mundo, ¿sabe? Marc se entrenaba y jugaba en la NBA, pero se encontraba solo en la ciudad. Tomábamos mil cafés. Y un buen día me dijo: ‘¿Y si montamos un club de baloncesto?’.

–¿Y usted qué hacía en Memphis? –Acababa de cerrar mi etapa como jugador de baloncesto, 17 años en un puñado de equipos de las categorías EBA y LEB: Salamanca, Menorca, Ferrol, Mérida, L’hospitalet, Cornellà, Huesca...

–¿Había vivido del baloncesto?

–Me había dado para vivir. Ganaba tanto como un trabajador convencion­al.

–¿Y de qué jugaba?

–Era escolta anotador. Sumaba muchos puntos. También era un quebradero de cabeza para mis entrenador­es.

–¿...?

–Era poco colectivo. Tiraba mucho. Aunque participé en cinco ascensos de categoría, me podía la pasión por el juego.

–¿...?

–Era extremadam­ente emotivo. Contestaba mal a las correccion­es. Los entrenador­es preferían fichar a otro, aunque yo fuera mejor. Perdíamos un partido y el técnico daba fiesta al equipo al día siguiente. ‘¿Cómo? ¡Hay que entrenarse!’, protestaba yo. Le preguntaba: ‘¿No tienes ganas de que ganemos más?’. Me ponía de morros. Pedro Martínez, mi primer entrenador en Salamanca, me dijo: ‘Tienes mucho corazón y poca cabeza’.

–Así que no llegó a la ACB. –Siempre busqué excusas y culpables. Pero el único culpable era yo mismo. Mi pasión me ayudaba en la pista, pero me generaba conflictos con los compañeros.

–Así que se retiró y se fue a Memphis...

Conviene un inciso.

Cuando jugaba en el Cornellà,

Álex Formento se enfrentaba al Barça B. Allí jugaban Pau Gasol y

Juan Carlos Navarro. De los choques salían amistades. Y de las amistades, cafés.

Marc Gasol era menor, un pequeñajo cargado de dudas. Se acercaba a Álex Formento. Preguntaba. Hicieron buenas migas.

(...)

Al retirarse, en 2010, Álex Formento había decidido formarse como técnico. Quería estudiar en una universida­d estadounid­ense. Marc Gasol jugaba en Memphis:

–Me dijo: ‘Yo te ayudo a entrar en la Universida­d de Memphis y nos hacemos compañía’. Le tomé la palabra. Descubrí el baloncesto universita­rio con los Memphis Tigers. Y también me asomé a la

NBA a través de los Grizzlies...

Y tomaban cafés.

En aquellos cafés salió la propuesta: ‘¿Montamos un club?’.

La propuesta quedó en el aire.

Tal vez, con el tiempo...

Álex Formento volvió a España. Se alineó en Youfirst Sports, gigantesca agencia de representa­ción. Fue mánager de jugadores. Se sentía bien, y mal. Trataba de evitar que los muchachos cometieran sus errores, pero le incomodaba todo aquello de andar despachand­o contratos con los clubs. Pasaron dos años.

Volvió a llamarle Marc Gasol:

–Me dijo: ‘¿Te acuerdas de nuestros cafés? ¿Montamos el club en Girona?’.

Y ahora, sí.

A correr.

–Fui a reunirme con Carles Puigdemont en el Parlament de Catalunya. Aún era diputado, y alcalde de Girona. Le pedí un pabellón en su ciudad. No era fácil. Akasvayu había dejado un pufo...

–¿Y...?

–Nos dio un espacio pequeñito en Montfalgar­s. Y adelante. –¿Y los jugadores? –Montamos un casting. Queríamos contar con seis equipos formativos, de entre 12 y 17 años. Vinieron 200 niños. Marc Gasol era el presidente y yo, el vice. Tres años más tarde, Marc me dijo: ‘Y ahora, el equipo sénior...’.

Buscaron preparador­es físicos, psicólogos, entrenador­es... Ficharon a Quim Costa. Álex Formento se convirtió en director deportivo. En el 2017, el Bàsquet Girona debutaba en Liga EBA.

–¿Y los jugadores? –Ahora sí que fichamos. Trajimos talentos de Girona, y también un montenegri­no, un eslovaco... Algunos de los que habían comenzado en el club con doce años ya han debutado en los séniors. –¿Y quién paga esto? –Marc Gasol sigue siendo impulsor y mecenas. Pero fuimos creciendo. Subimos a LEB Plata y hemos acabado el curso segundos y posiblemen­te saltemos a LEB Oro (la Federación tomará una decisión la próxima semana). Es la antesala de la ACB. Ya jugamos en Fontajau y ahora soy el entrenador. –¿Qué le ofrece usted a sus jugadores? –He visto el baloncesto desde todas las perspectiv­as. He sido jugador, agente, directivo y técnico. ¡Solo me falta ser árbitro! –Al tiempo...

–Lo importante es convertir la presión en diversión. Lo hacen Tiger Woods, Rafael Nadal o Michael Jordan. Están en el pasillo, antes de salir a jugar, y piensan en positivo. En vez de agobiarse y decirse: ‘Voy a salir en televisión y me van a ver miles de espectador­es, es terrible’, se dicen: ‘Voy a salir en televisión y me verán miles de espectador­es, es genial’. Eso inculco a mis muchachos.

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SERGI GERONÈS Álex Formento durante un tiempo muerto de su equipo, el Bàsquet Girona
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