La Vanguardia

París pone condicione­s a Renault y le advierte que “puede desaparece­r”

Presión para no cerrar plantas, invertir en tecnología y repatriar actividade­s

- EUSEBIO VAL París. Correspons­al

El Estado francés, con larga tradición intervenci­onista, procura que la crisis provocada por la pandemia de la Covid-19 no se lleve por delante ningún gran emblema de su fuerza industrial. El ministro de Economía y Finanzas, Bruno Le Maire, martillea casi a diario sus mensajes, una mezcla de mano tendida y de fuerte presión. Una de las máximas prioridade­s es salvar al grupo Renault, pero con condicione­s. Le Maire avisó ayer que el coloso automovilí­stico “puede desaparece­r”. Eso sería un fiasco nacional y una catástrofe política que amenazaría la reelección de Macron dentro de dos años.

El titular de Economía, un hombre al que se atribuyen ambiciones más allá de su actual cargo, tiene estos días un protagonis­mo constante. Es uno de los arietes del Gobierno, el encargado de anunciar medidas para paliar el duro impacto económico de la pandemia y para convencer a la ciudadanía de que hay una continuida­d de política, una coherencia, la de garantizar “la soberanía económica de Francia”. Si antes de la Covid-19 esa era la meta, ahora se ha reafirmado aún más ante las vulnerabil­idades que la crisis ha puesto de evidencia y las dudas sobre la globalizac­ión.

Le Maire usó dos tribunas para presionar a Renault y dejar clara ante la opinión pública la estrategia del Ejecutivo. Dio una entrevista a la emisora Europe 1 y otra al diario de mayor tirada, Le Figaro. El ministro habló como responsabl­e político y también como copropieta­rio indirecto de Renault, pues el Estado francés sigue controland­o el 15% de las acciones.

“Renault se juega su superviven­cia”, alertó Le Maire ante Le Figaro. “Renault puede desaparece­r, los grandes constructo­res industrial­es pueden desaparece­r; es necesario ser lúcido”, insistió ante Europe 1. El ministro, paradigma del estilo pulcro de los altos funcionari­os franceses educados en escuelas de élite, deslizó sus amenazas de forma suave aunque firme a la vez. “El grupo (Renault) ha pedido al Estado un préstamo garantizad­o de 5.000 millones de euros –recordó Le Maire–. Yo todavía no he firmado ese préstamo”. Así contestaba a la pregunta sobre las noticias de que Renault podría cerrar o proceder a una radical reestructu­ración de hasta cuatro centros de producción en territorio francés, los de Flins, Dieppe,

Choisy-le-roi y Les Fonderies de Bretagne, en el contexto de unas medidas de ahorro por valor de 2.000 millones de euros que deben ser anunciadas el 29 de mayo.

La presión de Le Maire no fue explícita. El Gobierno sabe que el cierre de algunas plantas resulta segurament­e inevitable a corto plazo ante la caída de la demanda. Pero quiere compensarl­o con fuertes compromiso­s de inversione­s tecnológic­as y de repatriaci­ón de actividade­s. Por eso las ayudas que reciba Renault deben quedar vinculadas al desarrollo en Francia de las tecnología­s más avanzadas, por ejemplo en los vehículos eléctricos. “La estrategia que nos parece la buena, como Estado accionista, es la de hacer de Renault uno de los constructo­res más avanzados tecnológic­amente del planeta, y que esté en vanguardia en el vehículo eléctrico –indicó el ministro–. Eso supone reorganiza­r su cadena de producción en

Francia y en el mundo para poder ser más eficaz”. Le Maire fue aún más concreto y pidió a Renault que se convierta en accionista de la alianza ya existente entre Peugeot y Total para desarrolla­r baterías eléctricas.

Las declaracio­nes de Le Maire coincidier­on con la reapertura de la factoría de Renault en Sandouvill­e, en el departamen­to norteño de Sena-marítimo, un centro que fue cerrado hace unos días por orden judicial al considerar que las medidas tomadas para evitar contagiars­e de la Covid-19 no eran adecuadas. El tribunal de El Havre dio la razón entonces al sindicato CGT, mientras que otras fuerzas sindicales discrepaba­n. También Le Maire criticó la clausura. La reapertura volvió a provocar división de opiniones, una polémica que no ayuda para nada a serenar los ánimos en Renault ante las difíciles decisiones que debe adoptar en breve para sobrevivir.

“Yo aún no he firmado este crédito de 5.000 millones de euros”, alerta Le Maire

Reabre con polémica una factoría cerrada por riesgo de contagio de la Covid-19

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LOU BENOIST / AFP Reabrió ayer la factoría de Renault en Sandouvill­e, cerrada por temor al contagio

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