Esperanza en tiempos difíciles
El Rey preside el acto, a puerta cerrada, con el que se ha conmemorado el día de las Fuerzas Armadas
Ni desfiles, ni honores, ni izados de bandera, ni puertas abiertas en las instalaciones militares. La pandemia y la declaración de luto oficial dibujó un día de las Fuerzas Armadas atípico que, por primera vez, desde 1977, en vez de en la calle se conmemoró, a puerta cerrada, en la base de Retamares (Madrid) sede del Mando de Operaciones. El Rey aprovechó la jornada para lanzar un mensaje de “esperanza y confianza” en el futuro de España, “un gran país que encara siempre de frente las dificultades, por importantes o graves que sean, y las sabe vencer”, dijo al término de una ronda de videoconferencias con diferentes destacamentos, tanto de España, como de diferentes misiones en el extranjero.
Además de alentar a las tropas, destacando su trabajo en la lucha contra la Covid-19, el Rey animó a la ciudadanía para afrontar estos “tiempos difíciles” como consecuencia de la “crisis sanitaria más importante de la historia reciente”. El acto estuvo dedicado a la memoria de los fallecidos por la enfermedad y al trabajo que diferentes unidades militares han desarrollado para paliar sus efectos. “Estos días son de duelo, por los miles de víctimas y por el dolor que ha causado en tantas familias”, recordó don Felipe, quien “como mando supremo y, sobre todo como “compañero”, transmitió con “toda emoción”, el agradecimiento y apoyo, en nombre de todos los españoles, al trabajo y el valor de las FF.AA..
En nombre de la sociedad española, el Rey trasladó el reconocimiento a los militares que han “combatido los efectos del virus en primera línea, desinfectando centros médicos y residencias, trayendo material sanitario desde lugares remotos, levantando hospitales de campaña e incluso trasladando fallecidos y acompañando su soledad con la mayor dignidad posible”, siempre “con profesionalidad y eficacia, con respeto y humanidad”. “Me siento muy orgulloso”, concluyó el Rey, “de la profunda identificación del pueblo español con sus fuerzas armadas que, en esta ocasión, más que nunca, las ha sentido como suyas y a su lado”.
El Rey , que en vez del uniforme de gala de capitán general, como correspondía a la celebración, llevó el de diario con camisa de manga corta, a tono con la situación, fue recibido en el exterior de la base de Retamares por la ministra de Defensa, Margarita Robles, así como por el actual Jemad, general Miguel Ángel Villaroya, y otros altos mandos de las fuerzas armadas. Una vez en el interior del edificio, el Rey se colocó la mascarilla, de la que prescindió para pronunciar su mensaje al final del acto, que se había iniciado con un minuto de silencio en memoria de las víctimas de la Covid-19 y de los militares fallecidos en acto de servicio.
El Jemad reconoció el significado especial de la jornada, destacando el trabajo de las FF.AA. en todos los ámbitos dentro de España, y también contribuyendo en la seguridad en 18 misiones en el extranjero y, en estos meses, a través de la operación Balmis, que se puso en marcha para la lucha contra la pandemia.
La ministra de Defensa, tras trasladar el pésame a las familias de los fallecidos, reiteró que las FF.AA. están al servicio de la sociedad como se ha demostrado en esta crisis sanitaria. Especialmente rindió homenaje a todos los miembros de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado que han fallecido por el coronavirus.
Desde Melilla, Cádiz y la base aérea de Torrejón (Madrid), los mandos de diferentes unidades del ejército de Tierra, la Armada y del Aire, dieron las novedades, en una primer ronda. A continuación fueron los responsables de las misiones desplazadas al Líbano, Irak, Lituania y el golfo de Somalia quienes explicaron al Rey la naturaleza de su trabajo en aquellas zonas, bajo el mando de la OTAN.
Los contactos se complementaron con las explicaciones de varios de los jefes de área de la operación Balmis, de la Unidad Militar de Emergencias (UME) y de la Guardia Real. Aunque en algunas de las conexiones estuvieron presentes mujeres militares, la única que tomó la palabra fue la comandante María José Rodríguez, jefe del laboratorio biológico de la UME, que ha trabajado tanto en investigación como en la detección de contagios en la enfermedad. Cerró la ronda el general médico Miguel Tapia, jefe del hospital militar Gómez Ulla, quien durante años fue jefe de los servicios médicos de la Casa del Rey.
VIDEOCONFERENCIAS Diversas unidades desde España y en misiones en el exterior dieron las novedades
MENSAJE Como mando supremo y “como compañero”, el Rey agradeció a las FAS su labor en la pandemia