Cambiar la relación
Vemos estos días en Barcelona una afluencia excepcional de corredores y ciclistas en las carreteras y caminos del entorno de la sierra del parque natural de Collserola. En el asfalto, resulta grato ver cómo los conductores circulan a velocidades moderadas respetando la profusión de ciclistas.
La convivencia entre el coche y la bicicleta es aún una asignatura pendiente en España, donde cada semana muere atropellado un ciclista. Solo con el respeto y responsabilidad de ambas partes –de conductores, pero también de ciclistas– podremos acabar con esta dramática siniestralidad.
Los tiempos que ahora vivimos nos invitan a imaginar una convivencia posible y diferente entre el coche y la bicicleta. Políticos, técnicos de viabilidad y representantes de entidades y asociaciones, ¿cómo se podría llegar a un consenso para establecer franjas horarias que permitan conciliar la convivencia entre conductores y ciclistas?
Valentín Giró Catá
Barcelona