Cuenta atrás definitiva
Barça y Madrid retomarán su pulso por la Liga y el Espanyol buscará salir del pozo
Restan once jornadas. Se jugarán al sprint, sin tregua, en 39 días entre el 11 de junio y el 19 de julio. Mañana los equipos ya podrán entrenarse al completo y la Liga, que publicará en breve sus horarios, volverá en menos de dos semanas. Con ella regresarán sus pulsos, el del título, el de entrar en la Champions o el del descenso. El nuevo fútbol reemprenderá su acción en España con sus viejas luchas. A nivel protocolario y externo, nada será igual, con medidas extremas de precaución y sin público pero cuando ruede el balón el que dé primero tiene pinta de que cobrará mucha ventaja. No habrá tiempo ni para respirar, ni para celebrar una victoria ni para lamentar una derrota. Un carrusel físico y psicológico, con innovaciones reglamentarias, como la de los cinco cambios. “Por nuestra forma de jugar eso nos puede perjudicar”, dice el técnico blaugrana, Quique Setién.
Y es que el Barça es un equipo acostumbrado a madurar los partidos a fuego lento para acabar imponiendo su mayor calidad cuando el rival queda desgastado por perseguir el balón. Si a eso se le suma que la plantilla blaugrana no da para grandes alternativas al ser corta… Pero tiempo ha tenido el equipo para descansar, para limpiar su mente y para regresar, como así indican sus protagonistas, con muchas ganas. Pese a las justificadas críticas a su juego de antes del confinamiento el Barça llegó a esta hibernación como líder y con dos puntos de ventaja sobre el Real Madrid, que perdió la cabeza al desplomarse en el campo del Betis.
Eso permite al Barça partir desde la pole. “Estos 11 partidos van a ser 11 finales, todos tenemos claro que van a ser muy difíciles.
Tenemos muchas ganas, debemos pensar en ganar y hacerlo de la mejor forma”, afirmó en los medios del club Arturo Vidal, que busca su novena liga seguida entre Juventus, Bayern y Barcelona.
El despliegue del chileno puede ser muy útil con partidos cada tres días. Al Barcelona le restan cinco encuentros en casa y seis a domicilio y al Madrid al revés. En condiciones clásicas eso podría ser una dificultad añadida para el campeón pero teniendo en cuenta, como se ha ido viendo en la Bundesliga, que el factor campo se ha eliminado hasta puede ser bueno para los intereses barcelonistas. Claro que el conjunto blanco no disputará sus encuentros como local en el Bernabeu, que está otra vez en obras, sino en el Alfredo di Stéfano de Valdebebas. Quizá de esa forma consiga mitigar la sangría de triunfos visitantes que se está produciendo en Alemania.
Los partidos que tiene el Barça a priori más atractivos en el Camp Nou le enfrentarán a un Atlético en plena batalla por entrar en zona Champions y a un Espanyol que vivirá hasta el final con el agua al cuello. Dos citas que habrían llenado prácticamente el recinto barcelonista.
Dos encuentros de aquellos que habrían provocado un reguero de emociones en la grada. En cambio, el Barça no recibirá la presión ambiental tan agobiante que suele producirse en el Sánchez Pizjuán, una de las salidas más complejas que le restan junto a la del estadio de La Cerámica de Vila-real. La ausencia de público le puede ir de perlas al Madrid en los desplazamientos que ha de afrontar en Anoeta, convertida la guarida donostiarra en un estadio más caliente con sus reformas y con una Real que estaba jugando de fábula, y en San Mamés, plaza que siempre ha hecho sudar al Madrid. Un equipo, el de Zidane, que recibirá al Valencia, al Getafe y al Villarreal como conjuntos de más relieve.
Barça y Madrid tienen en común que los dos terminan el campeonato a domicilio. Los de Setién en Vitoria ante un Alavés que es posible que no se juegue nada y los madridistas en Leganés contra un rival que igual está peleando todavía por salvarse.
Los tres meses, que se dice pronto, sin competición han servido también para que aparezcan otros protagonistas con los que ya
A PUERTA CERRADA
El Madrid tiene un partido más en casa que el Barça pero el factor campo desaparece sin público
UNA VOZ EXPERIMENTADA
“Nos quedan once finales, serán muy difíciles pero tenemos muchas ganas”, sostiene Arturo Vidal
RECTA FINAL
Los equipos ya podrán entrenarse al completo desde mañana, como última fase de puesta a punto
nadie contaba. Es el caso de Luis Suárez. El uruguayo dispondrá ya en los próximos días del alta médica tras superar su lesión de rodilla. No juega desde el 9 de enero (Supercopa contra el Atlético) pero su presencia le ha de ir de maravilla a un Barça que no va sobrado de efectivos en vanguardia, puesto que también Ansu Fati anda renqueante por sus molestias en la rodilla. “Para nosotros es muy importante recuperar a Luis y a los lesionados porque van a ser dos meses intensos con partidos seguidos”, admitió Vidal.
Si por la parte alta la brega se antoja intensa por abajo se va a repartir mucha agonía. En esa pelea está inmerso un Espanyol que no tiene margen de maniobra. Está último, a seis puntos del Celta, que marca la zona de salvación. La tarea de los hombres de Abelardo es titánica. Confiaba en una recta final fulgurante al abrigo de sus aficionados pero tendrá que abordarla en solitario. Es verdad que el Espanyol apenas ha firmado una victoria en casa en todo el campeonato pero en lo que resta del torneo han de venir a Cornellà rivales tan directos como el Leganés, el Celta o el Eibar, o adversarios asequibles como el Alavés o el Levante.
Si en estos encuentros no hace acopio de puntos el objetivo de la permanencia será imposible para un Espanyol que ha de jugar también ante el Barça y el Madrid. Sus desplazamientos al Villamarín, al Coliseum de Getafe y a Anoeta tampoco son, sobre el papel, lo que se dice sencillos. La Liga ya aparece en el horizonte.