Trump planea declarar organización terrorista al movimiento antifascista
dirse en unos pocos estados y si algo han demostrado por ahora las protestas es que los demócratas no pueden dar por sentado el apoyo negro, en especial de los jóvenes. “La ausencia de Trump no basta”, advirtió ayer el histórico político negro Jesse Jackson en The New York Times.
Esta es una presidencia en llamas, un país incendiado por una cólera incubada durante años de injusticias sociales, brutalidad policial e impunidad. “Estoy aquí, las vidas de los negros importan y el Gobierno y el sistema no nos han apoyado. Se supone que el movimiento por los derechos civiles terminó hace 50 años pero aún pasan las mismas cosas”, criticaba anteanoche Jay, una afroamericana de 36 años. “Hemos intentado ser educados y adaptarnos al statu quo pero nos están matando a plena luz del día, asesinados. Tengo un hermano mayor y tengo miedo cada vez que sale de casa”, comentaba esta mujer llegada de Maryland para protestar frente a la Casa Blanca a una distancia segura del grupo de manifestantes que durante horas buscó el choque con los agentes.
“La gente como yo tenemos que apoyar a estos jóvenes” comentaba en el mismo lugar Bibek, un abogado blanco de 50 años residente en los afluentes suburbios de Washington. “Va a ser la única manera de conseguir que algo cambie. Nada funciona. Hay más y más incidentes. Piensa en toda la violencia que antes de los teléfonos móviles no veíamos”, comentaba este hombre poco antes de que se autorizaba el despliegue del ejército en Washington para dispersar las protestas, que causaron graves destrozos a comercios, monumentos y mobiliario urbano, como en muchas otras ciudades. Más de una docena han decretado toque de queda para intentar frenar la violencia.
La Casa Blanca valoró ayer la posibilidad de que Trump pronunciara un discurso a la nación para hacer un llamamiento a la unidad nacional como algunos asesores le sugerían. Se impuso la opinión de quienes, como su yerno Jared Kushner, creen que no servirá nada y podría ser incluso contraproducente. Algunos políticos demócratas expresaron sus dudas sobre la capacidad de Trump de conectar con el sentir general del país (un hermano de Floyd contó ayer que el presidente no le dejó hablar cuando llamó para dar sus condolencias) y aplacar la cólera después de que la víspera avivara las protestas con su amenaza de recurrir a “temibles armas” para responder a los manifestantes.
“No hace más que empeorar las cosas. No se trata de usar la fuerza militar. Se trata de dónde estamos como país, América está desbordada y su retórica no hace más que inflamar todo eso, a veces lo que debería hacer es callarse”, reclamó la alcaldesa de Atlanta, la demócrata negra Keisha Lance Bottoms. En lugar de intervenir desde el despacho oval para hablar a los estadounidenses, el presidente tiró de Twitter para atacar a los medios, a los que acusó de “fomentar el odio y la anarquía”. En los últimos días, la policía ha atacado y detenido sin motivo aparente a numerosos periodistas. Trump anunció además que planea declarar “organización terrorista”, al nivel del Estado Islámico o Al Qaeda, a los antifa, un movimiento de protesta antifascista sin una estructura definida que puede llevar a la criminalización de ciertas manifestaciones. Ley y orden, versión 2020.