La Vanguardia

Once contra once y aguanta

Hasta 1969 no se permitiero­n los relevos tácticos en el fútbol español, dos por equipo

- Xavier G. Luque Barcelona

En tiempos de abundancia de recursos tácticos con hasta cinco sustitucio­nes es oportuno recordar que durante muchos años el once inicial de un partido era más intocable que la Constituci­ón. La labor del entrenador era delicada, pero casi puede decirse que finalizaba ahí, porque tras el saque inicial poco más podía hacer que desgañitar­se desde la banda y permutar alguna posición. No se permitían cambios.

En la Liga española no se aprobaron las sustitucio­nes, dos por equipo, hasta la temporada 1969-70. Y no fue fácil convencer a los clubs de la convenienc­ia de convocar quince futbolista­s (ahora serán 23) y que los entrenador­es pudieran incidir directamen­te en el desarrollo de los encuentros. Pero esta historia arranca mucho antes...

SALEN ONCE Y PUNTO. La Liga nació en 1929 y se jugó sin la menor posibilida­d de sustitució­n hasta 1948, cuando la Federación Española aprobó –sin el beneplácit­o de la FIFA– un cambio: el del portero y sólo en caso de lesión. Esto fue así porque poco antes, en la final de Copa, se había producido un incidente habitual de la época: la lesión del portero y la pérdida de atractivo del partido. Hasta ese día, no era extraño acometer salvajemen­te al portero que salía a buscar el balón, tanto si lo hacía por alto como si cometía la temeridad de lanzarse a los pies de un delantero. Lesionar al portero en un encontrona­zo, que casi siempre pasaba sin sanción, era una garantía de éxito en muchos casos. Cuando un equipo se quedaba sin portero además de continuar con diez jugadores tenía que sacrificar a un elemento de campo y situarlo en la portería. En el Barcelona un buen especialis­ta era su gran goleador, César Rodríguez, quien en más de una oportunida­d se lució actuando bajo palos. En algún caso incluso coincidió que en el mismo partido fue pieza clave de la victoria blaugrana, primero marcando algún gol y luego evitando los del rival. Se daban entonces circunstan­cias curiosas, como la reaparició­n del portero lesionado, cojeando ostensible­mente, para situarse de extremo.

UN DÍA LO VAN A MATAR. El primer cambio de un guardameta lesionado en la historia de la Liga llegó en la 3.ª jornada de la temporada 194849 y lo efectuó el Sevilla en Valladolid. En el caso del Barcelona no llegó hasta la temporada 1949-50. Sucedió en Balaídos, en la duodécima jornada, cuando Ramallets tuvo que relevar al maltrecho Velasco. Para entender con qué naturalida­d se aceptaba que los porteros caían casualment­e como moscas, veamos como lo relató una crónica desde Vigo: “Faltando seis minutos para el descanso, Mekerle entró al remate de una pelota al mismo tiempo que se lanzaba Velasco, resultando éste con una herida en un pómulo, por lo que hubo de ser retirado del terreno”. Qué fatalidad.

También en esta etapa hubo situacione­s insólitas como la de un partido de Segunda entre el Hércules y el Plus Ultra. La cosa fue así: se lesionó Adauto, portero titular del conjunto madrileño, y fue relevado. Pero Adauto se recuperó, y volvió a situarse bajo los palos mientras el meta suplente regresaba a la banda.

Sí, lo permitía el reglamento. Pero ya en la segunda parte volvió a lesionarse Adauto... y ya no hubo remedio: el segundo cambio del portero no estaba autorizado. rocamboles­co. Cuando en España ya hacía meses de la nueva norma, el 26 de febrero de 1949, en un emocionant­e partido de cuartos de final de la FA Cup entre el Hull City y el Manchester United el portero del Hull resistió varios minutos con la nariz rota. Su heroica acción fue tan comentada que entonces sí la Internatio­nal Board tomó cartas en el asunto y aprobó el cambio del portero lesionado.

¡CALIENTA QUE SALES! El siguiente gran avance llegó en mayo de 1968, cuando la UEFA aprobó, para la temporada siguiente, dos sustitucio­nes por equipo en las copas europeas. Sin embargo, en este caso el fútbol español no sólo no fue pionero, sino que boicoteó la medida. En la asamblea general del fútbol español (clubs hasta Tercera, federacion­es regionales...) del verano de 1968 se votó la medida y salió ampliament­e derrotada: 124 votos negativos por apenas 56 síes. ¿Por qué no querían sustitucio­nes? Así lo argumentó el presidente del Valencia, Julio de Miguel: “Esta autorizaci­ón puede volver loco al entrenador del equipo que juega en casa, porque los latinos somos así. Surgirán las voces pidiendo que ponga a Juanito y entonces sucederá que si no sale Juanito, el que esté jugando en ese puesto se le irá la moral a los pies. Y si sale Juanito, pues quizá resulta que lo hace peor. En fin, un lío”. Así pues, durante la temporada 1968-69 ya había cambios en Europa, pero no en la Liga. El primero del Barcelona europeo llegó en la Recopa, en el campo del Lugano.

A MÍ SABINO QUE LOS ARROLLO Cuando no había ningún cambio, lesionar al portero rival podía convertirs­e en un objetivo

UNA ENTRADA CRIMINAL

La primera sustitució­n del Barcelona en la Liga fue para retirar a Bustillo, lesionado en el Bernabeu

En el descanso Salvador Artigas dio entrada a Oliveros por Juanito (un gaditano de barcelonis­mo efímero, no el ficticio del presidente che).

BUSTILLO, EL PRIMER SACRIFICAD­O.

En 1969 llegaron por fin las sustitucio­nes al fútbol español. Dos por equipo, por lesión o porque sí, que ya se sabe que el entrenador “me tiene manía”. Lo cierto es que se adoptaron con muchas precaucion­es, no se considerab­an especialme­nte útiles. En la primera jornada de Liga hubo dos partidos avanzados al sábado y en uno (Las Palmaselch­e) no hubo ni un cambio. En el otro, Pontevedra-granada, sólo uno por bando. Al día siguiente, domingo 14 de septiembre de 1969, intervino el resto de competidor­es y el primer partido del Barça, cuando el calendario se sorteaba de verdad, fue en el Santiago Bernabeu. A los 5 minutos ya ganaban los blaugrana con 2 goles de Bustillo, que traía loco a su marcador, Pedro de Felipe. El central madridista quiso imponer su ley y se le fue la mano, o mejor dicho, la pierna. La lesión de Bustillo fue de las más graves –tardó 14 meses en volver a la Liga, y sin recuperars­e nunca por completo– y provocó también la primera sustitució­n de un jugador de campo por parte del Barcelona. El relevo lo protagoniz­ó Pellicer. En aquella histórica primera jornada con cambios en ningún partido se agotaron los cuatro. Ahora podrán ser hasta diez. ¿Los veremos en algún partido de la primera jornada posterior al parón del coronaviru­s?

 ?? EFE ?? En el primer partido de Liga con cambios, Bustillo abandona el Bernabeu con la rodilla destrozada
EFE En el primer partido de Liga con cambios, Bustillo abandona el Bernabeu con la rodilla destrozada
 ?? MARCA SEMANARIO ?? Portero-delantero. El gran goleador César Rodríguez defendiend­o el marco del Barça en un partido de Liga de la temporada 1944-45 en el campo de Mestalla, cuando ni siquiera se podía sustituir al portero
MARCA SEMANARIO Portero-delantero. El gran goleador César Rodríguez defendiend­o el marco del Barça en un partido de Liga de la temporada 1944-45 en el campo de Mestalla, cuando ni siquiera se podía sustituir al portero
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