El marino y la maestra
Con cuatro días de diferencia, la Covid se llevó a Pere Ordàs y a Joaquina Calvo, después de toda una vida de amor juntos. Ahora, su hija Olga, su marido Ramón y sus dos nietos esperan el momento de poder honrarlos y despedirlos como se merecían.
Pere, de 83 años, nació en el Poble Sec, en la calle Teodor Bonaplata, en el seno de una familia de la pequeña burguesía; Joaquina, a quien se la conocía como Ina, en la calle Gingàs, en el Gòtic. Ambos se conocieron en una fiesta, y ella rechazó a todos los que quisieron bailar con ella menos a Pere. Fue el inicio de su historia de amor en común, tan solo truncada por el virus, y de la que nace Olga y sus dos nietos, Clara y Marc.
Él ingresó en la marina mercante. Fue jefe de máquinas, viajó mucho y conoció paisajes de todo tipo.
Al desembarcar fue representante comercial de varias empresas. Ella estudió magisterio y se dedicó a la enseñanza, en especial de historia del arte.
Olga explica que a su padre le gustaba mucho jugar al tenis, hablar con sus amigos, la buena mesa, el sabor del vino tinto de la Rioja y disfrutar de la vida. Su madre era una persona de gran inteligencia, elegante y con enorme afán por conocer otras culturas. En sus últimos años comenzó a jugar al bridge y se aficionó al patchwork. Para los nietos, quedarse con los abuelos en su casa del Montseny era una fiesta, donde eran colmados de amor y Pere les contaba sus periplos en los barcos.
Todos les recuerdan por su bondad y su generosidad sin límites: eran felices haciendo a los demás felices. Su gran pasión era la familia, ejercer de padres y abuelos, tanto en su domicilio barcelonés como en su refugio del Montseny.
El 27 de marzo, Pere falleció a consecuencia de la Covid; el mismo día que Ina era también trasladada a Sant Pau, donde resistió hasta el 1 de abril. Ambos fueron incinerados y ahora Olga, su marido y sus dos hijos esperan el momento de celebrar un funeral y un homenaje en un lugar que embellezca el recuerdo que se merecen sus padres. Su nieto Marc reflexiona acerca de que nadie debe irse sin despedirse, sin besos y sin abrazos.