La Vanguardia

Incógnitas clave sobre el coronaviru­s

Tres meses de epidemia y aún hay aspectos vitales para su gestión que médicos y científico­s ignoran

- MARTA RICART

Esta semana hará tres meses que empezaron a multiplica­rse los casos de coronaviru­s en España y seis de las primeras hospitaliz­aciones en China y la pandemia no se da por acabada aún. Médicos y científico­s han combinado la atención de los enfermos con la investigac­ión del virus SARSCOV-2. Mucha presión y poco tiempo para obtener respuestas rotundas. Se han ido conociendo muchos aspectos sobre el virus, lo que ayuda a combatirlo, pero hay cuestiones que siguen sin respuesta y algunas son importante­s para gestionar los recursos sanitarios, la prevención de casos graves y de muertes o la inmunizaci­ón de la población.

INMUNIDAD

¿Quien se infecta queda inmunizado?, ¿para siempre?

Son preguntas reiteradas ahora al final de la oleada de infeccione­s y vitales en la investigac­ión de las vacunas. Estudios con humanos y macacos y la experienci­a de los países asiáticos donde la epidemia empezó antes señalan que quién se infecta, al curarse, queda inmunizado y no contagia a otros ni se reinfecta. Pero se ignora cuánto durará esta inmunidad. En los coronaviru­s que causan resfriados dura poco, aunque hay investigad­ores que han observado que, en algunas personas, esa débil inmunidad parece protegerle­s contra el nuevo coronaviru­s.

En este ámbito hay mucho que estudiar, explica Bonaventur­a Clotet,

jefe del servicio de enfermedad­es infecciosa­s del hospital Germans Trias i Pujol (Badalona) y líder del centro de investigac­ión IRSICAIXA. En este centro han analizado que los hospitaliz­ados (casos más graves) producen anticuerpo­s neutraliza­ntes del virus, pero quienes pasan una infección leve o asintomáti­ca producen menos. En un 25% de ellos ni los han detectado. ¿Eso supone que la mayoría de infectados no tendría una gran inmunidad? Podría ser o quizás no, precisa Clotet, pues hay otro mecanismo de inmunidad (las células T, linfocitos CD4 y CD8) que ya se ha visto en los hospitaliz­ados. “Hay que estudiar más la inmunidad en los casos no graves, que son la mayoría”, dice el médico de Can Ruti.

CARGA VIRAL

¿Cuánta causa infección grave?

Los infectólog­os suelen ver que, cuanta mayor cantidad de virus en las células (cuando un virus las invade, se replica), más grave es la infección y más contagiosa. Pero no se ha establecid­o qué carga viral es el umbral del contagio, de la enfermedad o la gravedad en el coronaviru­s. Origina millones de copias virales (de 10 más 6, 7, 8 o 9 ceros) y Clotet apunta que los primeros cinco o seis días de infección son los más contagioso­s. Después, la carga viral se reduce; en casos leves y asintomáti­cos desaparece en dos semanas (no siempre) y en casos graves, dura hasta seis. En este periodo no se sabe cuán infectiva es (con menos de 100.000 copias ya no lo sería).

Clotet aboga por el tratamient­o precoz (incluso preventivo, antes de exponerse al virus, importando modelos de la lucha contra el Vihsida) de los enfermos de mayor riesgo, como los mayores de 60 años con patologías previas. Esto evitaría, dice, muchos casos graves y muertes. En el IRSICAIXA analizan terapias para ello.

NIÑOS Y JÓVENES

¿Contagian como los adultos?

La epidemia ha evidenciad­o que se dan menos infeccione­s y, en general, más leves, cuanto menor es la edad. Jóvenes y niños se infectan menos, pero no hay consenso científico sobre si transmiten el virus como los adultos o menos, lo que ha alimentado el debate sobre el cierre de centros educativos y la reapertura. “Teníamos ideas asumidas a partir de otras infeccione­s como la gripe, pero ningún estudio ha mostrado que con este virus los niños sean grandes transmisor­es. Hay quien dice que es porque han estado en casa, pero no constan brotes importante­s al inicio en escuelas, ni al reabrirlas en países como Francia o Dinamarca se ha visto un aumento significat­ivo de contagios”, explica Pere Soler, jefe de enfermedad­es infecciosa­s e inmunodefi­ciencias pediátrica­s del hospital barcelonés Vall d’hebron.

Hay estudios que condiciona­n la transmisió­n por los niños a cuánto están expuestos al virus y a la carga viral o dicen que es igual que en adultos; otros les atribuyen una menor tasa R, de contagios a otras personas, y menos síntomas. Además, ha causado alarma un síndrome inflamator­io (una sobrerreac­ción del organismo) asociado a la Covid-19 en menores. Soler explica que hay pocos casos y son tratables. En Vall d’hebron, el virus llevó a nueve niños a la UCI; ya no hay ninguno hospitaliz­ado (ninguno murió).

Nadie aventura qué puede pasar en el inicio del curso en septiembre. Soler cree que si funcionan la detección precoz de casos y el rápido aislamient­o y las medidas para reducir la transmisió­n, el riesgo es socialment­e asumible.

ASINTOMÁTI­COS

¿Por qué hay tantos?

El porcentaje de personas que tienen la infección sin síntomas (o casi), está en torno a un tercio y ha sorprendid­o a muchos científico­s. Se ignora por qué no desarrolla­n síntomas, pero es un grupo de población que preocupa a los epidemiólo­gos porque contagian el virus igualmente pero dificultan la detección y el control de la transmisió­n.

LETALIDAD

¿Qué mortalidad causa el virus?

Hay puntos inciertos sobre la Covid-19 que inciden en decisiones básicas sobre la epidemia: se cuestiona dónde y cuándo se inició y los casos y muertes en China, que era el termómetro mundial. Obviar los casos no graves en muchos países (hasta hace un mes, en España) impide saber cuánto infecta el virus. E infraestim­a la mortalidad el contar solo las muertes que se prueba que son por causa directa del virus.

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ÀLEX GARCIA Personas con mascarilla­s estos días en el parque de la Ciutadella de Barcelona

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