Los reyes de la pista

Bailando hasta el final. Pocos días antes de ingresar en el hospital del Mar por coronavirus, Angelina Iserte y Enric Vera, de 78 y 85 años respectivamente, todavía salieron a bailar. Vecinos de Gràcia y con un apartamento en Calella de la Costa, jamás perdían ocasión de echar unos pasos, junto a su grupo de amigos, ya fuera en Barcelona o en el Maresme. Eran unos figuras. Superactivos hasta el final. Hasta el viernes anterior a sentir los primeros síntomas, de hecho. En los últimos tiempos, viajaban hasta Calella en tren, Enric ya no se veía capaz de llevar el coche.

Angelina, hija de una modista de la plaza Rovira, se dedicó toda la vida a la costura. Trabajaba en una peletería de la Diagonal de Barcelona, tejiendo a mano abrigos de visón. Una moda que fue a menos, pero que ocupó toda su vida laboral. Enric, por su lado, estuvo toda la vida entre arte. El del Museu Nacional d’art de Catalunya, en cuyo servicio de mantenimiento trabajó varias décadas. Tuvieron una hija y un nieto.

Ambos empezaron a encontrarse mal con pocos días de diferencia y en ambos casos la enfermedad fue fulminante. Fallecieron con una semana de diferencia, él el 21 de marzo y ella el 28, en los días en que la pandemia fue más mortífera. /