“Me gustaría muchísimo”
El Papa expresa su deseo de ir a Manresa en una audiencia con el alcalde
Me gustaría muchísimo”. Con esta frase respondió ayer el papa Francisco a la invitación del alcalde de Manresa, Valentí Junyent, a visitar la capital del Bages con motivo del Proyecto Manresa 2022, que conmemora los 500 años de la llegada de Ignacio de Loyola a la ciudad de camino en su peregrinaje a Jerusalén. “Ha dicho algo que nos ha gustado mucho escuchar: que le gustaría muchísimo venir a Manresa y poder estar en la celebración del año ignaciano”, subrayó Junyent a un grupo de corresponsales.
Es la primera reunión que mantiene Francisco con una delegación extranjera desde la apertura de las fronteras italianas el pasado 3 de junio, un encuentro que las autoridades de Manresa pidieron en enero, pero no fue aceptada por el Vaticano hasta el pasado 20 de mayo. La audiencia culmina una serie de contactos que el Ayuntamiento ha mantenido desde el 2013, el año en que empezó esta apuesta estratégica para celebrar los 500 años de la estancia de san Ignacio en Manresa.
El alcalde le entregó al Papa una caja que contenía una piedra de la cueva donde san Ignacio pasó largos ratos durante su etapa en Manresa y agua del río Cardener que, según afirma en su autobiografía, contemplaba cuando tuvo las revelaciones que le llevaron a escribir los Ejercicios espirituales, que están en la base del nacimiento de la Compañía de Jesús. Además, le regalaron una reproducción de la estatua de la Acogida que da la bienvenida a los peregrinos que visitan la ciudad. Según Junyent, el Papa, jesuita, mostró su predisposición a visitar la ciudad por dos razones: “porque nunca ha estado” y porque es “centro espiritual de referencia en el mundo jesuita”.
También expusieron a Francisco el proyecto del Camino Ignaciano, que une Loyola, la localidad natal de san Ignacio, con Manresa. En la conversación hablaron de la importancia del diálogo interreligioso en la ciudad, y no se olvidaron de la pandemia. “El Papa está muy preocupado por la crisis económica que vendrá en los próximos meses”, asegura el alcalde.
La delegación catalana estaba encabezada por Junyent, acompañado por el primer teniente de alcalde, Marc Aloy, el concejal de Turismo, Joan Calmet, y el padre superior de la Cueva, Lluís Magriñà,
entre otros. Fue una audiencia atípica: les tomaron la temperatura al entrar al Vaticano y llevaron mascarillas al llegar a Santa Marta, residencia del Pontífice. Se las quitaron por invitación de Francisco para hablar con más tranquilidad. El Papa no llevó este dispositivo de protección ante el coronavirus, como no ha hecho en otras reuniones. Para la organización de la audiencia ha sido clave la participación del presidente de la Conferencia Episcopal Española, el cardenal Juan José Omella, y de monseñor Jordi Bertomeu, oficial catalán de la Congregación de la Doctrina de la Fe, que estuvo presente en el encuentro.
Al final de la media hora que duró la reunión la delegación catalana le entregó Reflexions des de Lledoners, unos textos escritos a cuatro manos por el presidente de Esquerra Republicana, Oriol Junqueras, y el monje de Montserrat Hilari Raguer. “Le hemos hecho saber que hay un en tema que nos preocupa como es la situación política de Catalunya, con compañeros nuestros que están en la cárcel desde hace dos años y medio”, contó Aloy, que tomará posesión de la alcaldía a finales de mes. “Es un tema que conoce perfectamente, y que le interesa”, puntualizaron, añadiendo que el Papa les dio un mensaje de vuelta, que no quisieron revelar. “Quien lo tenga que recibir lo recibirá”, zanjaron.
La ciudad catalana invita al Pontífice por los 500 años de la estancia de san Ignacio en Manresa