La Vanguardia

La gastrocult­ura de la vida

- Maricel Chavarría

Citarse a las nueve de la mañana en la Rambla podría ser una crueldad para quienes, gracias al teletrabaj­o, se han acostumbra­do a que entre la cama y el escritorio haya dos segundos andando. Pero ese no parece ser el caso. Rostros sonrientes van llegando de uno y otro lado del Pla de l’òs para hacerse la foto. Se saludan con el codo, achinan los ojos con simpatía. Valentí Oviedo, que no ha tenido más que cruzar la calle desde el Liceu, lleva una mascarilla de diseño que nos evoca torturas medievales o la mordaza de Hannibal Lecter... Reímos. A la consellera Vilallonga hay que elogiarle esa chaqueta de colores que nos devuelve la fe en el mundo, incluso en este tan marciano. Que se lo digan a Pedro Madueño, si no. El fotógrafo le ha rezado a la Virgen para que le humedezca el mosaico de Miró y le saque brillos y colores... ¡et voilà!, ahí van diez minutos de lluvia fina que cesa para el momento del clic.

Al acabar, el director de La Vanguardia, Jordi Juan, y su adjunto, Miquel Molina, conversan con el presidente del Cercle del Liceu, Francisco Gaudier, sobre la importanci­a de la gastronomí­a asociada a la cultura. Da tristeza ver bares cerrados en la Rambla, dice Gaudier. Una buena oferta de cultura ha de ir acompañada de una buena oferta gastronómi­ca: la gente no va del teatro a casa o de casa al teatro... Y acaso eso también se recupera estos días para la gente de Barcelona. En la Boqueria se vive más tranquilo y hay vendedores que se han hecho fotógrafos de trípode, sacando imágenes de sus zumitos y delicatess­en para vender por la red. Y en Canaletes hay uno de esos establecim­ientos de toda la vida que cobraba el croissant a precio de guiri escandinav­o y ahora anuncia sus desayunos a la clientela local. ¡Nos quieren!

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain