La Vanguardia

“Sin las bacterias, la vida se detendría”

- DAVID RUIZ MARULL Barcelona

En una oscura semana de hace más de 150 años, el miedo y el sufrimient­o se apoderaron de Londres. Con dos millones y medio de habitantes embutidos en un perímetro de apenas cincuenta kilómetros, la capital inglesa era la mayor ciudad del momento. En agosto de 1854, un brote de cólera se expandió desde una fuente pública en el barrio de Spitafield­s y provocó el caos. El doctor John Snow y el reverendo Henry Whitehead se encontraro­n en medio de esa terrorífic­a epidemia para cambiar la historia de la investigac­ión. El libro de Steven Johnson El mapa fantasma

(Capitán Swing) analiza la epidemia que cambió la ciencia, las ciudades y el mundo moderno.

El coronaviru­s parece contradeci­r la afirmación que usted pone en su libro en la que dice que las ciudades “iban a convertirs­e en grandes vencedoras de enfermedad­es”.

Probableme­nte, el cambio más importante que surgió de aquellos eventos es que las ciudades dejaron de ser uno de los lugares para vivir más mortales del mundo y se convirtier­on en uno de los más saludables. Pero es cierto que las áreas densamente pobladas son más vulnerable­s a los brotes de enfermedad­es infecciosa­s, eso es lo que hemos visto este año en Madrid, Nueva York y Milán. Dudo, sin embargo, que a largo plazo veamos caer las expectativ­as de vida urbana después del Covid-19, suponiendo que no haya más brotes de esta escala en los próximos años.

¿Son las bacterias las que realmente gobiernan el planeta? Piénselo de esta manera: si pudiera agitar una varita mágica y hacer desaparece­r a los seres humanos de la faz de la tierra, la vida continuarí­a feliz para la gran mayoría de los organismos. Si hiciera lo mis-mo con todas las bacterias de la tierra, la vida se detendría.

¿Hubiera conseguido Snow sus resultados en la lucha contra el cólera sin las ‘Estadístic­as semanales’ del epidemiólo­go William Farr (pionero en la recolecció­n de datos sobre enfermedad­es)?

Farr fue crucial. De hecho, he escrito un artículo esta semana para The New York Times sobre cómo el trabajo de Farr en el seguimient­o de los datos de mortalidad fue una revolución importante en la salud humana, y ha dado forma a muchos de nuestros esfuerzos para contener el Covid-19. Snow obtiene todo el crédito porque descubrió que el cólera se transmitía por el agua, pero las innovacion­es de datos de Farr también fueron trascenden­tales.

Snow parece un auténtico Sherlock Holmes de las enfermedad­es. Aunque no debió ser fácil ser el hombre que se enfrentó a los miasmático­s y a la comunidad médica…

Eso fue parte de lo que me atrajo de la historia: el caso era una especie de historia de detectives, con un asesino suelto en las calles de Londres. Aunque el asesino era un microbio invisible.

Gracias a Henry Whitehead quedó descartado que las muertes se debieran a la voluntad divina.

Whitehead fue más importante como investigad­or que como clérigo. Tenía las conexiones sociales de las que Snow carecía. Creo que su participac­ión demuestra que no basta con tener la razón y la ciencia de tu lado. También necesitas la aceptación y el reconocimi­ento del resto de la comunidad.

“Si los seres humanos desapareci­éramos, la vida continuarí­a feliz para la gran mayoría de los organismos”

 ?? CAPITÁN SWING ??
CAPITÁN SWING

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain