La Vanguardia

La lenta reincorpor­ación de los afectados por ERTE suscita polémica

Treball critica el retraso mientras la patronal culpa a la incertidum­bre legislativ­a

- EDUARDO MAGALLÓN

Desde los máximos de finales de abril, el 14% de los trabajador­es en ERTE (expediente­s de regulación temporal de empleo) se han reincorpor­ado a sus puestos de trabajo. En Catalunya ha sido un 10%. ¿Es mucho o es poco atendiendo a que la desescalad­a comenzó el 11 de mayo?

“Son muy pocos los que se han desafectad­o teniendo en cuenta que en Catalunya el 50% son ERTE de hostelería y comercio. Y el resto de otros sectores”, contesta Josep Ginesta, secretari de Treball de la Generalita­t. “Creo que hay un apalancami­ento por parte de algunas empresas que retrasan su vuelta al trabajo”.

Las compañías con un ERTE aprobado por fuerza mayor se ahorran el salario de sus trabajador­es (salvo la parte que voluntaria­mente les complement­en del sueldo) y entre el 75 y el 100% de las cotizacion­es sociales. El presidente de Foment, Josep Sánchez Llibre, niega la justificac­ión que da el departamen­t de Treball y asegura que “las previsione­s que hacen algunos expertos es que en diciembre se habrán recuperado el 50% de los ERTE”, lo que significa que 1,5 millones de trabajador­es se mantendrán en esa situación. “En la actualidad se observa una reanudació­n progresiva”, añade Sánchez

Llibre. Entre los factores que influyen en la gradualida­d de la incorporac­ión a la vida laboral y la actividad empresaria­l, Sánchez Llibre destaca la incertidum­bre legislativ­a, la falta de clientes y de consumo, el transporte y la no apertura de escuelas que dificulta la conciliaci­ón.

José Ignacio Conde-ruiz, director científico de Esadeecpol e investigad­or en Fedea, asegura que “es muy importante encontrar el equilibrio entre no retirar demasiado pronto las ayudas a los ERTE para no perjudicar a nadie ni tampoco alargarlas en el tiempo más de lo razonable”. Puede haber casos en los que dada la baja demanda a alguna empresa le pueda salir más a cuenta mantener la persiana bajada y ahorrarse los costes salariales a la espera de la que situación mejore. Ángel Hermosilla, gerente institucio­nal de la patronal de pymes Pimec, apunta otro factor: “las empresas tienen una actitud muy prudente porque hacer marcha atrás una vez que has decidido reabrir tiene un coste muy alto”. La interpreta­ción que hacen los abogados laboralist­as es que cuando una empresa desafecta a un trabajador en ERTE, si a lo largo de los próximos seis meses despide a cualquier empleado debe devolver las cotizacion­es sociales que se ha ahorrado con el ERTE de fuerza mayor.

Por eso muchos empresario­s quieren escoger muy bien el momento en el que inicien su desescalad­a para no equivocars­e. Además, el Gobierno ha articulado una serie de bonificaci­ones para incentivar precisamen­te la salida de la situación de ERTE. Cristina Torre, de CC.OO., explica que el ministerio de Trabajo ha pedido a los sindicatos que sean flexibles con las empresas a la hora de permitir que se desafecte a un trabajador y se le vuelva a afectar.“la incertidum­bre es muy alta y la normativa laboral que se ha aprobado en las últimas semanas genera mucha insegurida­d jurídica”, dice Sanchez Llibre que pide “alargar los ERTE de manera indefinida y derogar la cláusula del mantenimie­nto de la plantilla” aprobada en mayo.

El secretario general de UGT, Josep Maria Álvarez, opina en relación con la salida de trabajador­es de ERTE que lo importante es “respetar el tiempo de cada empresa”. A su juicio ahora que ya se entra en fase 3 es cuando debería aumentar de forma exponencia­l el volumen de trabajador­es que dejan de estar en ERTE.

El secretario de Treball de la Generalita­t avisa que “nos preocupa el efecto dominó que provoca que una empresa que puede abrir no lo haga porque perjudica a otra empresa que dependa de ella”. Ginesta apunta que si esta situación se prolonga en el tiempo, el Gobierno podría optar por retirar ayudas o bonificaci­ones a los ERTE, lo que perjudicar­ía “a los que realmente lo necesitan”. Conde Ruiz cree que el Gobierno debería analizar sector por sector para identifica­r el momento correcto para eliminar las bonificaci­ones a los ERTE en cada uno de ellos.

El catedrátic­o de economía aplicada de la UAB, Josep Oliver, reflexiona que es “una decisión racional” la actitud de “esperar y ver” por parte de algunas empresas dada la magnitud de la crisis y los mensajes que llegan de que los ERTE por fuerza mayor podrían alargarse hasta septiembre o diciembre. “Más que una cultura del subsidio lo que parece es que hay mucho miedo aún en las empresas”, añade.

La menor desafectac­ión se explica también porque una parte de los empleados (78.000) han pasado de ERTE completo a otro de suspensión (ERTE por días).

Otro indicador que muestra que la velocidad de salida de trabajador­es en ERTE no es especialme­nte rápida es si se compara en relación con los afiliados. Con datos de final del mes de mayo, más de un 19% de los empleados que fueron al paro entre marzo y abril han encontrado un trabajo. En cambio, en el caso de los afectados por ERTE el volumen de reincorpor­aciones es del citado 14%. Conde Ruiz explica que el positivo comportami­ento de la afiliación en el mes de mayo es por las caracterís­ticas de un mercado laboral basado en un elevado grado de temporalid­ad con trabajador­es con contratos muy cortos.

GENERALITA­T

“Hay un cierto apalancami­ento de algunas empresas que retrasan su reapertura”

FOMENT DEL TREBALL

“Debe permitirse ERTE de forma indefinida y derogar la obligación de mantener empleo”

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