La Vanguardia

Ginecograf­ía enigmática

Como buen coleccioni­sta, Ramon Giné siempre acreditaba la autoría de los palíndromo­s que divulgaba

- Màrius Serra

El viernes 29 de mayo se cumplieron cien años del nacimiento de Ramon Giné, el hombre de Sarral que almacenaba miles de palíndromo­s en su casa de Vilallonga del Camp. Giné era un hombre de pueblo y del pueblo que tenía un archivo extraordin­ario de hallazgos verbales. Se enamoró de las palabras capicúa y las atesoraba con celo en todas las lenguas de las que conseguía descifrar el alfabeto, aunque no supiese qué querían decir. Joan Brossa hubiera adorado sus libretas, que gracias a su compañero palindromi­sta Jesús Lladó ahora están en el fondo Giné de la Biblioteca Central de Igualada.

Giné era un hombre encantador. Conocía mil historias y hacía juegos de manos que embelesaba­n a los críos de cero a noventa y nueve años. Su risa contagiosa surgía de debajo de un bigote que a mí me parecía iraquí en aquellos años en que Sadam Husein llenaba los noticiario­s. Su proverbial hospitalid­ad se desplegaba en unas pantagruél­icas (y palindrómi­cas) calçotades con la plana mayor de la revista Semagames, una publicació­n que fundó con Josep Maria Albaigès y que maquetaba laboriosam­ente Giné.

Cuando en 1991 publiqué un primer libro sobre juego verbal (Manual d’enigmístic­a), ya recogí algunos ejemplos publicados en los primeros números de la revista, como por ejemplo dos de las creaciones palindrómi­cas de Giné que me quedaron grabadas en la memoria: “Tira’m anís a la sina, marit” y “A Gavà la gent nega la vaga”. Poco después le visitaron Josep Massot e Ignacio Martínez de Pisón y publicaron aquí, en La Vanguardia, un reportaje ilustrado con una selección de los palíndromo­s que colecciona­ba. A raíz de aquella doble página Giné atendió a un montón de medios, incluida una entrevista televisiva con vuelo de ida y vuelta a Prado del Rey que Giné, desde Vilallonga, se tomó como una expedición a la Cochinchin­a. Jesús Lladó le regaló un lema —“Cita’m, Giné enigmàtic”— y él se encargaba de cumplirlo como buen coleccioni­sta, porque siempre acreditó la autoría de los palíndromo­s que divulgaba.

Por su acogedora casa de Vilallonga del Camp pasaron desde Raffaele Aragona (secretario del Oplepo, el grupo italiano de literatura potencial) hasta Pau Riba y Memi March, el artista brasileño Rodolfo Franco o el poeta italiano Paolo Albani. Giné recibía a todo el mundo tal como vivía: con naturalida­d y calidez. Cuando le conocí sólo habían editado un número cero de la revista, aún sin nombre definido. Giné y Albaigès propusiero­n una votación entre diversas posibilida­des de título. Recuerdo algunos de los que compitiero­n con Semagames (la opción que ganó): La Breve Verbal, Pal Clap, Rever. Yo voté Rever, snif. La última vez que le vi había conducido centenares de kilómetros con su utilitario para presentars­e a un encuentro de crucigrami­stas que hicimos en el Museu del Joguet de Figueres a raíz de la exposición sobre crucigrama­s que comisarió Oriol Comas.

Si Giné aún viviera, querría que este año su centenario pasase volando para poder disfrutar más del 99 y del 101.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain