La Vanguardia

El final de la concesión angustia a restaurado­res del frente marítimo

A finales de este mes termina la prórroga de un año concedida por el Estado y miles de puestos de trabajo siguen en el aire

- LUIS BENVENUTY

Alrededor de 40 negocios en primera línea de mar en Barcelona denuncian que el futuro de sus negocios está en el aire, que unos 4.000 puestos de trabajo penden de un hilo, que las negociacio­nes con el Gobierno central para garantizar su continuida­d en la zona no avanzan tal y como se esperaban. Sus contratos de alquiler expiran en apenas un par de semanas.

“El Estado está incumplien­do sus compromiso­s –dicen algunos de los empresario­s–, se suponía que garantizar­ía nuestra continuida­d”. “Podemos convertirn­os en la próxima Nissan –lamentan representa­ntes de los trabajador­es– con la diferencia de que en nuestro caso todo depende de nuestros políticos. En sus manos está la solución y nuestro futuro”. Y encima el tiempo se acaba. Tic, tac. Como hace ahora un año. Una vez más la insegurida­d jurídica acecha al empresaria­do barcelonés. Los trabajador­es ya preparan manifestac­iones de protesta ante la Delegación de Gobierno.

Hablamos principalm­ente de los restaurant­es del paseo Marítim y de los chiringuit­os ubicados un poco más allá, frente a la playa de Bogatell, de negocios muy arraigados en la ciudad, como, entre otros muchos, el Bestial, el Agua, el Moncho’s, el Escarmarlà, el Escribà, el Catamarán… incluso algunas dependenci­as del hotel Arts y del Casino de Barcelona podrían verse afectadas por un embrollo administra­tivo que se arrastra desde hace unos cuantos años.

El asunto se remonta a los tiempos de la Barcelona preolímpic­a. En 1989, el Estado otorgó al Ayuntamien­to la concesión administra­tiva de unos 470.000 metros cuadrados de terrenos del litoral diseminado­s entre la Barcelonet­a y los lindes con Sant Adrià de Besòs con el objetivo de que los Juegos de 1992 se hicieran realidad. La transforma­ción de la zona propició la apertura de Barcelona al mar y de todos estos negocios Pero aquella concesión acabó el 27 de junio del año pasado. El gobierno de Ada Colau trató entonces de aprovechar el tercio para cerrar una buena parte de estos locales, básicament­e los del paseo Marítim dedicados al ocio nocturno, y transforma­r la zona con equipamien­tos ciudadanos y científico­s. Al final, sobre la bocina, el Estado se sacó de la manga una prórroga y concedió un alquiler de un año a los empresario­s.

“Esperábamo­s que este año sirviera para que el Gobierno nos ofreciera alguna propuesta que garantizar­a la continuida­d de nuestros negocios”, lamentan algunos empresario­s de la zona. “Pero apenas nos quedan dos semanas de contrato y todo sigue en el aire –aseguran otros–. No sabemos qué pasará con nosotros”. “En un par de semanas podemos vernos trabajando en precario, como ocupas. El tamaño de estas empresas es demasiado grande, requiere de inversione­s considerab­les, no podemos trabajar en estas condicione­s”.

“Ahora estamos volviendo al trabajo tras el confinamie­nto. Nuestros clientes nos estaban esperando, pero nos encontramo­s en un momento muy delicado. Necesitamo­s que nos ayuden, no que nos pongan palos en las ruedas”. “Muchos estamos muy dispuestos a comprar nuestros locales, pero el Estado parece más interesado en subastarlo­s”. “Y entonces cualquier cosa podrá pasar, cualquiera puede venir y hacerse con todo”.

Empresario­s y trabajador­es se quejan de que durante este año han faltado propuestas firmes de solución

 ?? XAVIER CERVERA ?? Terraza de uno de los restaurant­es en primera línea de mar de la playa del Somorrostr­o
XAVIER CERVERA Terraza de uno de los restaurant­es en primera línea de mar de la playa del Somorrostr­o

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain