El canal Dmax recorre ‘Los cuarteles de Hitler’ en Alemania y Polonia
El canal estrena mañana martes esta serie documental de diez episodios
Adolf Hitler mandó construir durante la Segunda Guerra Mundial un gran número de refugios militares en los que poder planear sus ofensivas sin que nadie pudiera encontrarle ni a él ni a sus comandantes. Ocho décadas después de su construcción, todavía existen muchas incógnitas enterradas en estos búnkers, que se hallan fundamentalmente en Alemania y Polonia. Dmax recorre a partir de mañana a las 22.30 horas algunas de estas construcciones en Los cuarteles de Hitler, una nueva serie documental de diez episodios en los que se muestran dónde están y qué función tenían estos búnkeres de la mano del periodista e historiador polaco Lukasz Kazek.
Seguramente el búnker mas célebre de la Segunda Guerra Mundial es el conocido como Führerbunker, un refugio militar ubicado en Berlín que formaba parte de un complejo subterráneo de búnkeres, y que fue además el lugar escogido por Hitler para su suicidio el 30 de abril de 1945. Sin embargo, son muchas las guaridas que se construyeron durante el conflicto bélico.
Hitler siempre estuvo cerca de donde tuvieron lugar las batallas decisivas para el futuro del Tercer Reich. “En esta serie queremos mostrar la importante función, a menudo infravalorada, de estos cuarteles: además de su papel como máquina de guerra, también eran el hogar de Hitler, como ejemplifica que pasó unos 800 días en el cuartel de Wolsschanze, uno de los más destacados y que era conocido como ‘la guarida del lobo’”, explica Lukasz Kazek. “Siempre me ha impresionado cómo se construyeron y cómo vivían en ellos las personas del entorno más cercano de Hitler, y de esto se tratalos cuarteles de Hitler”, continúa el periodista.
Hitler tenía más de 20 cuarteles generales, que usaba para pasar su tiempo allí, para comandar la guerra y para recibir a invitados y aliados extranjeros. “Las decisiones más importantes de la Segunda Guerra Mundial se tomaron en estos cuarteles. como solía afirmar el propio Hitler”, relata Kazek.
El periodista e historiador apunta que todos estos cuarteles tenían una cosa en común. “¡Eran los lugares más vigilados del mundo!”, exclama. Hitler tenía mucho miedo a los bombardeos, todos sus cuarteles estaban bien protegidos a este respecto.por ejemplo, el de Riese estaba a 70 metros bajo tierra en roca sólida, roca que tenía más de 3.500 millones de años”, apunta.
La mayoría de estos cuarteles fueron destruidos, algunos por los propios alemanes, pero algunos aún pueden visitarse. El cuartel que mas ha impresionado a Kazek ha sido sin duda el de Wolfsschanze, “una ciudad de búnkeres rodeados de bosques, lagos y pantanos; esta construcción estuvo en uso desde 1941 hasta 1945. Se encuentra en Gierloz (Polonia) y hoy es una gran atracción turística, visitada por casi una cuarto de millón de turistas al año”, explica.
Precisamente Wolfschanze es el primer cuartel general que se visita en la serie. Esta construcción contaba con su propia central eléctrica y recibía suministros de una base aérea cercana. Además de ser uno de los lugares favoritos del comandante del Tercer Reich, este lugar está relacionado con un acontecimiento que pudo cambiar el curso de la Segunda Guerra Mundial: el intento fallido de asesinato a Hitler el 20 de julio de 1944 por Claus von Stauffenberg.
En la siguiente entrega se visitará Alemania, concretamente el municipio de Bad Münstereifel. Allí la serie se adentra en las profundidades de su bosque hasta llegar al Felsennest, el que pretendía ser el cuartel general más bonito del dictador nazi. Su construcción siempre estuvo relacionada con la ejecución del plan de ataque a Francia, y una vez se obtuvo la victoria alemana sobre el ejército francés, Hitler decidido que este refugio debía convertirse en un monumento que pasara a la historia.
En el resto de los episodios también se visitará Berghof, el lugar de descanso de Adolf Hitler en los Alpes Bávaros, y el tren personal que poseía el canciller y que en 1943 se utilizó como cuartel general.
El líder del Tercer Reich tenía más de 20 cuarteles donde pasaba el tiempo, comandaba la guerra y recibía invitados