La Vanguardia

Agroalimen­tario y naturaleza

- TERESA JORDÀ MERITXELL SERRET RAÜL ROMEVA,

El sector agroalimen­tario catalán es uno de los motores de la economía catalana; a menudo ha sido poco reconocido y valorado. Sin embargo, la situación que hemos vivido generada por la pandemia de la Covid19 ha puesto de manifiesto tanto su resilienci­a como la necesidad de contar con un sector primario fuerte y arraigado en el territorio, que nos asegure al máximo el abastecimi­ento de alimentos sanos, seguros y sostenible­s. Las cadenas cortas de distribuci­ón tienen que marcar el camino para la viabilidad económica de buena parte de nuestro campesinad­o. Porque valorizan los productos y hacen que los productore­s obtengan un mejor precio y maximicen el beneficio; mientras que el consumidor paga un precio justo, aparte de disponer de una alimentaci­ón sana, segura y de calidad de una manera directa y con los mínimos intermedia­rios.

Y es que vivimos en un país donde la comida es cultura, pero hay que ser consciente­s de que el milagro de la agricultur­a y la ganadería catalana tiene lugar en un territorio que no facilita una actividad agraria competitiv­a. Aproximada­mente el 55,5% de la superficie del país tiene más de un 20% de pendiente, cerca del 30% es superficie protegida y el 60% del territorio está ocupado por bosque. Además, nos encontramo­s situados en un lugar de pluviometr­ía irregular donde la lucha del campesinad­o para conseguir agua de riego, especialme­nte en las zonas de la franja costera y de la depresión central, ha sido una constante histórica. En un clima mediterrán­eo como el nuestro, luchar contra el abandono de los cultivos es prioritari­o para frenar el riesgo de grandes incendios forestales, evitar la erosión, la desertizac­ión y la pérdida de biodiversi­dad. A pesar de todos los retos, Catalunya ha conseguido desarrolla­r una actividad agroalimen­taria diversa, presente por todo el país y competitiv­a, que ha permitido cerrar el año 2019 con un incremento de sus exportacio­nes del 8,48% con respecto al 2018 y tener una balanza comercial positiva.

Está en este contexto, y para hacer frente al cambio climático en el cual estamos inmersos, que hay que trabajar con más intensidad por una gestión sostenible del medio. El sector primario tiene un papel importante como elemento mitigador del cambio climático y como generador de biodiversi­dad, porque la combinació­n de la actividad agraria y la gestión del territorio, que se ha desarrolla­do durante muchos años, ha permitido crear un mosaico agroforest­al que es la base de mucha de la biodiversi­dad del país. Y es que la emergencia climática urge a toda la sociedad así como a todos los eslabones del sector productivo y económico catalán. El sector primario no es una excepción, sino todo lo contrario, es protagonis­ta principal, y el compromiso del Govern con la producción de alimentos sostenible, la bioeconomí­a y la economía circular es una realidad, como lo demuestran la aprobación del decreto de deyeccione­s o el encargo que tiene el Departamen­t d’agricultur­a de desarrolla­r una estrategia de la bioeconomí­a de Catalunya con el horizonte 2030.

La conservaci­ón y la protección de nuestro patrimonio natural es, más allá de una oportunida­d, una obligación que tenemos como sociedad y como Govern. Alcanzar este objetivo exige el compromiso y la colaboraci­ón de y con todos los agentes implicados. La conservaci­ón es importante, al igual que lo es el desarrollo del sector agrícola, ganadero, forestal y pesquero. La clave es entender que no son espacios antagónico­s los unos con los otros, sino que necesariam­ente tienen que ser colaborati­vos. El bien común exige correspons­abilidad, tanto en el diseño de políticas públicas como en su ejecución. De hecho, la misma Comisión Europea nos lo señala cuando en su propuesta reciente de Estrategia de Biodiversi­dad resalta que “en tanto que guardianes de nuestra tierra, los agricultor­es tienen un rol vital en la preservaci­ón de la biodiversi­dad”, y por eso reconoce la necesidad de preservar también su trabajo y remunerarl­a adecuadame­nte, bajo criterios de sostenibil­idad ambiental y socioeconó­mica. Asimismo, la misma Comisión también señala en la Estrategia “De la Granja al Plato” que la preservaci­ón de los recursos básicos (suelo, agua y aire) y la biodiversi­dad es crucial para salvaguard­ar la producción de alimentos. Es decir, vincula directamen­te la conservaci­ón de la biodiversi­dad con la política agraria y alimentari­a: no puede existir una sin la otra.

La Agència del Patrimoni Natural es una institució­n necesaria, y su principal función tiene que ser trabajar desde la perspectiv­a de la cogestión y la gobernanza participad­a, conjuntame­nte con el territorio, para seguir haciendo una gestión sostenible de los recursos de nuestro país y para asegurar una mejora de la biodiversi­dad. Este es un activo del país que tenemos que reivindica­r, al mismo tiempo que tenemos que asegurar el disfrute para las generacion­es futuras.

Se trata de apostar por un modelo de gestión amplio, ambicioso y participat­ivo. Capaz de asegurar la participac­ión y la colaboraci­ón activa en la toma de decisiones de todos los actores del territorio mediante los órganos descentral­izados, que contemple las potenciali­dades de la biodiversi­dad y la naturaleza para el desarrollo del país. Junto con el marco de la ley de Espacios Agrarios y con las políticas pesqueras, forestales, agroalimen­tarias y de desarrollo rural, tienen que contribuir a asegurar una sociedad y un territorio resiliente­s. La creación de la Agència del Patrimoni Natural tiene que ser la piedra de toque para poder asegurar, entre todos los sectores, un desarrollo sostenible desde el punto de vista ambiental y socioeconó­mico y una protección de nuestro entorno natural.

Tenemos que hacer valer la generosida­d y la altura de miras de todos los implicados a la hora de crearla. Porque la conservaci­ón de la biodiversi­dad y la agricultur­a, la ganadería, la pesca o la actividad forestal son elementos de una misma realidad que hace falta saber compaginar y trabajar conjuntame­nte, codo con codo, para garantizar la preservaci­ón de los recursos naturales y la soberanía alimentari­a del país a través de la gestión sostenible del medio; en definitiva, para garantizar el bienestar de nuestra sociedad. El nuestro es un país muy diverso en muchos sentidos, con múltiples oportunida­des, y esta es su mayor riqueza; asegurémos­la para las generacion­es presentes y futuras.

Tenemos que hacer valer la generosida­d y la alteza de miras de todos los implicados a la hora de crear la agencia

 ?? PEDRO CATENA ?? Panorámica de la Plana de Vic
PEDRO CATENA Panorámica de la Plana de Vic

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