Dos mil asientos para 61.000 abonos
El club blanco priorizó las obras del Bernabeu y ahora preferiría jugar sin aficionados
El Real Madrid hubiera preferido reanudar el campeonato de Liga sin aficionados en las gradas, pero ya ve inevitable el solo poder disponer de 2.000 seguidores en la tribuna del Alfredo Di Stéfano (con un aforo de 6.000 espectadores) mientras otros equipos como el Barcelona pueden meter hasta 30.000 en el Camp Nou.
El malestar en el equipo blanco no va tanto por ahí sino por una de sus criticas tradicionales: la fijación del calendario. El Madrid entiende que le perjudica jugar todos los partidos señalados hasta ahora, cuatro, después que el Barça, lo que le impide meter presión a su rival en caso de ganar.
Según fuentes del club blanco, la decisión de jugar lo que resta de liga en Valdebebas fue una medida estratégica y que en todo caso podía afectar a un máximo de tres partidos, con rivales como el Getafe, el Alavés y el Villarreal.
El club valoró como más conveniente aprovechar estos tres meses de parón por la epidemia del coronavirus para dar un acelerón a las obras de remodelación del
Santiago Bernabeu con el objetivo de ganar unos meses y poder inaugurarlo a principios del 2022 y no en el verano de dicho año, como estaba previsto.
Además, la decisión de trasladar los partidos del primer equipo a Valdebebas se tomó muy pronto, cuando la posibilidad de que no pudiera reanudarse la Liga era muy real y en el club se hablaba de que el fútbol no iba a poder regresar hasta disponer de la vacuna pertinente.
Hay otra razón adicional por la que el Madrid hubiera preferido una Liga sin aficionados. El club dispone de 61.000 abonados y 82.000 asientos en el Santiago Bernabeu. Ahora, 59.000 de esos abonados no van a poder asistir a los partidos de Valdebebas, una proporción terriblemente alta comparada con la de cualquier otro club de Primera.
Por otra parte, el alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, de común acuerdo con el Atlético
El alcalde de Madrid pide la Champions de este año para el Metropolitano, pero la favorita es Lisboa
de Madrid, ha presentado una solicitud a la UEFA para albergar la edición de este año de la Champions, para la que todavía no hay formato, pero sí fecha, el sábado 29 de agosto.
Una vez sabida la renuncia (aunque aún no es oficial) de la sede prevista (Estambul), Martínez Almeida, reconocido hincha colchonero, manifestó ayer “mi apoyo total y absoluto a que esa final se pueda jugar en Madrid. Se dan las condiciones de seguridad adecuadas”. El Metropolitano ya albergó la final el año pasado.
La Federación no ve la propuesta con demasiado buenos ojos porque la UEFA quiere que la final sea con público y Luis Rubiales ni siquiera ha permitido que se juegue con espectadores la final de la Copa. En cualquier caso, la candidatura de Madrid parece tener pocas posibilidades por ser una ciudad muy afectada por la pandemia. Lisboa suena fuerte en todas las quinielas.