La Vanguardia

El problema es la renovación del aire, no la climatizac­ión

El infectado sí transmite el virus, no el aparato que acondicion­a el espacio cerrado

- CRISTINA SÁEZ

Pese a que hay hasta el momento poca evidencia científica, tres estudios científico­s que examinan brotes producidos en espacios cerrados en los que había una cantidad elevada de personas siembran dudas sobre el papel que podría desempeñar el aire acondicion­ado en la trasmisión del virus. El caso más conocido es el de un restaurant­e de Guangzhou, en China, recogido en la revista Emerging Infectious Diseases, en el que un comensal con síntomas infectó a otros 9.

Para Natalia Rodríguez, médico del servicio de salud internacio­nal del hospital Clínic e investigad­ora del Instituto de Salud Global (Isglobal) de Barcelona, aunque “aún hay muchas incógnitas acerca de cómo se transmite el virus, vemos que se propaga en forma de brotes pequeños y todos están asociados a actividade­s en el interior, como fiestas o celebracio­nes, con una densidad elevada de personas, que pasan un tiempo prolongado en ese espacio, entre las que hay un superconta­giador que esparce el virus”.

A eso se suma, una ventilació­n de los espacios inadecuada. “No es que el aire acondicion­ado transmita el virus, porque el virus lo transmiten solo las personas contagiada­s”, aclara la experta en partículas finas María Cruz Minguillón, investigad­ora del Instituto de Diagnóstic­o Ambiental y Estudios del Agua (IDAEA-CSIC). “Segurament­e –añade–, aunque no hubiera estado el aire acondicion­ado puesto, esa gente se hubiera contagiado igual”.

El quid no es el sistema de climatizac­ión, sino una renovación del aire inadecuada. “Cualquier ambiente cerrado, con ventilació­n pobre y densidad de personas elevada, puede suponer un riesgo”, alerta Minguillón. Y, añade Rodríguez, cuanto más tiempo pasemos en un sitio cerrado público, peor.

La renovación del aire es una de las medidas clave recogidas en el documento para la reducción del contagio por Sars-cov-2 elaboradas por el Ministerio de Sanidad y que coincide con las recomendac­iones de la OMS y del Departamen­t de Salut de la Generalita­t, que aconsejan mantener la máxima aportación posible de aire exterior, ya sea mediante ventilació­n natural o con sistemas de climatizac­ión.

También es la principal conclusión a que llega un estudio reciente, en el que participa Xavier Querol, investigad­or del IDAEA-CSIC, que asegura que, además de medidas como el lavado de manos, la distancia social y el uso de mascarilla­s, la ventilació­n de los espacios debe ser reconocida como una forma efectiva de disminuir la transmisió­n por aire a distancia del virus.

“Normativam­ente está regulado desde 1998 que en cualquier espacio en que se realice una actividad humana y haya un sistema de climaan tización, el aire se debe renovar continuame­nte”, explica Òscar Ribé, ingeniero industrial y profesor de la Universita­t Politècnic­a de Catalunya campus Terrassa. “Eso quiere decir que tiene que entrar cierta cantidad de aire fresco y llevar afuera esa misma cantidad de aire del interior. Cuanta más gente, más aire hay que renovar”.

Ahora bien, una cosa es lo que debería ser y otra lo que realmente es. Según este experto, debido al gasto económico “importante” que supone ese proceso, por ejemplo, de enfriar aire a 30ºc procedente de la calle a 24ºc para climatizar el interior de un restaurant­e, “a la hora de la verdad no se suele hacer y se minimiza la renovación, lo que hace que al final siempre recircule el aire de dentro. Y eso es un problema”, que se agrava en espacios como probadores de las tiendas o lavabos de los restaurant­es, donde suele haber aún menos renovación de aire.

También lo pueden ser aquellos sistemas de climatizac­ión que crecorrien­tes. “Es el más usado por temas económicos y lanza aire hacia las personas, lo que suele resultar incómodo. Ahí falla el diseño, como en el caso del restaurant­e en Guangzhú, y comportan un riesgo incrementa­do de mover las partículas contaminad­as hacia las personas y contaminar­las. En cambio, aquellos sistemas que no notas, porque tienen un buen sistema de difusión, ese riesgo es mucho menor”.

Aunque, matiza Ribé, no es tanto cómo se mueve el aire dentro de un espacio sino la carga viral que hay, antes de que pase por el sistema de aire acondicion­ado. “Un buen filtro también ayuda, pero, aunque son obligatori­os, tampoco se suele realizar un mantenimie­nto adecuado por temas económicos”, explica y recuerda que “hacer un buen uso del aire acondicion­ado minimiza el riesgo de transmisió­n”. Además, se pueden incorporar medidas adicionale­s, como lámparas de radiación ultraviole­ta, que desactivan el virus y rebajan la potencial carga viral”.

Se aconseja mantener la máxima aportación de aire exterior, ya sea ventilació­n natural o con climatizad­ores

 ??  ??
 ?? ÀLEX GARCIA ?? Los expertos subrayan la importanci­a de contar con sistema de difusión del aire que no notas
ÀLEX GARCIA Los expertos subrayan la importanci­a de contar con sistema de difusión del aire que no notas

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain