La Vanguardia

Australia denuncia una ola de ciberataqu­es desde el exterior

- ISMAEL ARANA Hong Kong. Correspons­al

Ni el coronaviru­s da un respiro a los piratas informátic­os. El primer ministro australian­o, Scott Morrison, aseguró ayer que el país es objeto de un ciberataqu­e a gran escala apoyado por un país extranjero, sin precisar el nombre de la nación sospechosa. Aunque la lista de objetivos de los hakers es larga, hasta la fecha parece que no han logrado dar con grandes brechas en los sistemas de seguridad del país oceánico.

“El ataque está dirigido contra organizaci­ones australian­as de una variedad de sectores, incluidos todos los niveles de gobierno, industria, educación, salud, proveedore­s de servicios esenciales y operadores de infraestru­ctura”, dijo Morrison. El primer ministro no reveló desde cuándo registran los ataques y pidió a la población busque la ayuda de expertos y aumente sus precaucion­es, sobre todo si son empresas del sector de la salud, infraestru­cturas o servicios esenciales.

Pese a no hacer referencia a ningún país extranjero en concreto, tanto medios de comunicaci­ón como expertos redujeron la lista de posibles sospechoso­s a una escueta lista entre la que figuran nombres como Irán, Rusia o China. “No hay demasiados actores estatales que tengan esas capacidade­s”, fue lo único que concedió Morrison al respecto.

Fuentes gubernamen­tales australian­as señalaron al medio ABC que las sospechas recaen principalm­ente sobre Pekín. Peter Jennings, director ejecutivo del think tank Instituto de Política Estratégic­a de Australia (ASPI), cree “sin duda” que China es responsabl­e y que Morrison no le atribuyó la culpa porque busca “extraer algunas concesione­s”. “(A China) no le gustan las críticas públicas y no saben cuánto podríamos demostrar sobre que ellos son responsabl­es”, añadió.

Tras varios encontrona­zos pasados por cuestiones como la militariza­ción del gigante asiático o la aprobación en Australia de leyes contra la injerencia y el espionaje extranjero, las relaciones entre ambos países han alcanzado en las últimas semanas su punto más bajo de las últimas décadas.

Por otra parte, los fiscales chinos anunciaron el viernes que han acusado a dos canadiense­s detenidos por presunto espionaje, abriendo una fisura diplomátic­a entre Ottawa y Pekín. El exdiplomát­ico Michael Kovrig y el empresario Michael Spavor fueron arrestados a finales de 2018 días después de que las autoridade­s canadiense­s detuvieran a la directora financiera de Huawei, Meng Wanzhou.

Pekín acusa de espionaje a dos canadiense­s detenidos en represalia por el caso Huawei

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