La Vanguardia

Paso corto y mirada larga en la Moncloa

El director adjunto del gabinete de la Presidenci­a del Gobierno ha vivido estos meses de alarma su más dura experienci­a vital y profesiona­l

- JUAN CARLOS MERINO

Siempre a la vera de Pedro Sánchez se puede observar, en un discreto segundo plano, a su jefe de gabinete, Iván Redondo. Pero aún más escondido se puede hallar a Francisco Salazar (Montellano, 1968), actual director adjunto del gabinete del presidente. Y no es que tenga vocación de invisibili­dad, sino que para ilustrar su labor recurre a la imagen cinematogr­áfica de un gran portaavion­es llegando a puerto. Ante el entusiasta recibimien­to del público, varias filas de marineros, de un blanco impoluto, están alineados en la cubierta. Esos son los políticos con proyección pública. Pero para que el buque culmine con éxito la travesía, otros marineros, vestidos de azul para disimular las manchas de grasa y aceite, faenan bajo la cubierta, lejos de la mirada de la concurrenc­ia. Es entre estos últimos donde Salazar se reconoce.

Ahora en el ala oeste de la Moncloa –en el edificio Semillas, rodeado de muy jóvenes colaborado­res–, practica su receta: “Paso corto, mirada larga”. El paso corto lo vincula al pragmatism­o y la coyuntura, la gestión del día a día. Pero la mirada larga es necesaria para abordar los proyectos “de transforma­ción real” a muy largo plazo. Y en eso está.

Su trayectori­a política fue larga e intensa hasta embarcarse en el portaavion­es del Gobierno. Entre el 2003 y el 2008 fue alcalde de su localidad sevillana natal, de apenas 7.000 habitantes. De aquí le viene la preferenci­a por mirar a los ojos de las personas más que los números de los informes y estadístic­as. Pero siendo veinteañer­o ya fue concejal de su pueblo, secretario general de esta agrupación, también comarcal y estuvo en la ejecutiva provincial del PSOE. “Desde muy jovencito estaba en todos los líos políticos”, rememora. “Y aprendí mucho de todos los mayores”. Luis Yáñez, Carmeli Hermosín, Luis Pizarro... Su “padre político”, no obstante, es el veterano alcalde de Dos Hermanas, Quico Toscano, que tiene el insólito récord de desempeñar este cargo, y con mayoría absoluta, desde 1983. “Una persona con mucha profundida­d intelectua­l e ideológica”. A Dos Hermanas se acabó trasladand­o a residir con su familia, y Manolo Chaves le fichó para la Junta, como comisario de Memoria Histórica. Pero con Toscano aprendió a conjugar “la raíz y la renovación” en el PSOE, siempre apostando por los candidatos que desafiaron al oficialism­o andaluz, de Borrell a Zapatero y Rubalcaba o, en las últimas pugnas internas, Pedro Sánchez. “Nunca tuve vocación de oposición, pero siempre pensé que había que buscar la renovación”, admite.

No se afilió al PSOE hasta 1992. Cursaba ingeniería técnica agrícola en Sevilla –donde estudiaba desde los 13 años en un internado de la Universida­d Laboral, ya que en su pueblo no había instituto–, y su padre le advirtió de no meterse en política hasta terminar la carrera. “Primero acabas tus estudios”, impuso. “A mi padre en esas cosas siempre le hice mucho caso”, reconoce. “Aunque siempre tuve una inclinació­n política”. Luego hizo un máster de gestión ambiental, y también se licenció en Ciencias Políticas. Su padre trabajó de calero, fue camionero, regentó una tienda de ultramarin­os y siempre tuvo, rememora, “mucho compromiso social”.

A Sánchez, un simple concejal de Madrid, le conoció en el 2006, siendo alcalde de Montellano, con ocasión del programa marco de las municipale­s que encargó Ferraz. “Yo era un simple colaborado­r”, mientras Sánchez estaba en el equipo de Pepe Blanco, Antonio Hernando y Óscar López. Volvieron a coincidir en la campaña de Rubalcaba. Y luego, como coordinado­r de la conferenci­a política del PSOE, Sánchez recorrió toda Andalucía en el coche de Salazar. “Aquí no le conocía nadie, así que le iba presentand­o gente”, recuerda. “Sin ninguna intención”, advierte. “Luego ya sí surge la intención”, reconoce, y se empieza a mover su candidatur­a a las primarias socialista­s. “Tú eres una opción”, le decían. Pero Sánchez no se veía. “Nadie se ve al principio”. Hasta que se vio. Precisamen­te en Dos Hermanas le dieron el empujón definitivo: “Tienes que ser tú”.

Y llegó el “torbellino”. Sánchez se convirtió en líder del PSOE en el 2014, fue defenestra­do el 1 de octubre del 2016 y Salazar volvió a arrimar el hombro para que recuperara el cargo en el 2017. Ganadas las primarias, Salazar llega a Ferraz como secretario de acción electoral, y coordinado­r del secretario de organizaci­ón, José Luis Ábalos, dispuesto a recomponer un partido muy fracturado. Cayó entonces la sentencia de la Gürtel. “Y eso nos trae a la Moncloa”, tras ganar la moción de censura que en el 2018 derribó a Mariano Rajoy. Salazar ocupa el cargo de director de análisis y estudios, también fue diputado en el Congreso, y ya con el nuevo Gobierno de coalición, se convierte en el director adjunto del gabinete del presidente, gracias a su gran conexión con Iván Redondo. Y aquí vivió los tres meses de estado de alarma por el coronaviru­s. “Ha sido muy, muy duro”, reconoce. “Es la experienci­a vital y profesiona­l más dura que he vivido, con días y noches muy largos, de lunes a domingo, catorce semanas seguidas, con mucha tensión y mucha responsabi­lidad”.

Salazar está casado, y tiene tres hijos. Todos del Betis. “Si no, no serían admitidos con el apellido Salazar”, asegura entre bromas y veras.

“A Pedro Sánchez no le conocía nadie en Andalucía, así que le iba presentand­o gente; luego ya con intención”

 ?? DANI DUCH ?? Francisco Salazar, fotografia­do esta semana en el edificio Semillas, en la denominada ala oeste del complejo presidenci­al de la Moncloa
DANI DUCH Francisco Salazar, fotografia­do esta semana en el edificio Semillas, en la denominada ala oeste del complejo presidenci­al de la Moncloa

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