La mente racista

Se podría decir que el racismo es hijo directo del miedo. Y ese miedo es el miedo a la diferencia. El hecho de que en el mundo haya personas de diferentes etnias es una cosa que la mente racista no puede soportar quizás porque interpela a su narcisismo. Su mente asustada, para sobrevivir, ha creado un personaje falaz que tan solo ella cree, y ese personaje henchido de desmesura la ha aprisionado y se expresa en un lenguaje supremacista y arrogante.

De hecho, el individuo se crea un mundo irreal, donde tan solo él tiene la razón absoluta y los otros, como otros, no pueden existir porque serían los otros que él no tolera. El caso es que se detesta a sí mismo por lo que siente interiormente y es entonces cuando proyecta sobre los demás

–de manera paranoica– todos los miedos que siente en su interior convirtiendo sus miedos en manía persecutoria. El discurso es sencillo: tan solo él es válido y los demás son solo enemigos. Y por ello los combate de mil maneras, persiguiéndolos, desvalorizándolos, despreciándolos. La mente racista está tan solo concentrada en ella misma, el resto le resulta un mundo pavoroso al que tiene que intentar dominar como sea.

Y es por esto que estas mentes racistas son tan peligrosas si llegan al poder; la historia, desgraciadamente, nos ha dado muestras de ello. Una mente así no puede construir nada porque tiene demasiado trabajo en espantar a sus fantasmas interiores; en algunos casos, no puede ni dormir porque está asustada de su propio inconsciente. El peligro de estas mentes racistas y paranoicas es que la paranoia se contagia, ya que todos somos portadores de algún elemento paranoico en la mochila y la exaltación de la lucha contra los diferentes, sean quienes sean, se propaga como un incendio, por la sencilla razón que el chivo expiatorio funciona como una descarga de las propias responsabilidades civiles.

Un ejemplo: Donald Trump quería levantar un muro en la frontera con México, y como consecuencia de sus no políticas y sus disparates a favor de las armas y la tolerancia de la violencia policial, ha terminado levantando una valla alrededor de la Casa Blanca, algo nunca visto hasta ahora. Un ejemplo bien claro de una mente racista.