De conciertos a camiones con música en la primera fiesta mayor del verano
No habrá conciertos, sino camiones con música itinerantes paseando por lo barrios; ni correfocs o paseos de gigantes, substituidos por talleres de zumba o de consejos para engalanar los balcones; tampoco habrá un gran castillo de fuegos artificiales para finalizar los actos, sino que los vecinos saldrán a sus balcones con un par bengalas y contemplarán uno más modesto. Ayer arrancó la fiesta mayor de Sant Joan Despí, que año tras año coincide con la verbena del patrón de la ciudad, Sant Joan. Es la primera de las muchas que se van a celebrar en temporada veraniega.
En pleno proceso de adaptación a una normalidad distinta, el primer criterio del Ayuntamiento ha sido que “el riesgo de contagio del coronavirus sea cero”, asegura el concejal de Cultura, Àlex Medrano. Por eso se han evitado todo tipo de actos que puedan generar aglomeraciones. “Organizas un evento con 300 plazas al aire libre respetando las medidas de seguridad y luego, ¿cómo escoges qué vecinos pueden asistir?”, se pregunta.
La preparación del evento fue peliaguda. Normalmente se dedica medio año a planificar la fiesta y esta vez, pendientes de la situación sanitaria y de las restricciones , se orquestó en tan solo tres semanas. El presupuesto corresponde, aproximadamente, al 17% de lo que era habitual.
Aunque desangelada en comparación a otras veces, la celebración tendrá en esta ocasión un halo de homenaje. El pregón virtual fue protagonizado por un médico, una enfermera, una cajera, una creadora altruista de mascarillas y otra voluntaria de la Cruz Roja. El miércoles Quim Masferrer, vecino de la localidad, recorrerá la ciudad a bordo de una suerte de tráiler convertido en plató que, emitiendo en directo, dará las gracias a las personas que se implicaron de forma especial para aliviar la pandemia.